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Ecuador y el pase a Corea-Japón 2002: Un día inolvidable
Juan Carlos Burbano y Wellington Sánchez recuerdan con orgullo la primera clasificación de la Tri a un Mundial. Resaltan que cambió el fútbol local

El 7 de noviembre de 2001, en el país se vivía una fiesta. La Tricolor estaba a un paso de conseguir una histórica clasificación al Mundial, y para eso necesitaba sumar un punto en casa ante Uruguay.
La emoción inicial se volvió en tensión con el gol charrúa de Nicolás Olivera al final del primer tiempo y los fantasmas de anteriores eliminatorias empezaban a regresar.
Pero al minuto 72, Álex Aguinaga envió un preciso centro que fue conectado de cabeza por Jaime Iván Kaviedes para desatar la locura del estadio Atahualpa y de todo el país.

Los jugadores de la selección, dirigida por Hernán Darío Gómez, salieron a abrazar al goleador, entre ellos Juan Carlos Burbano y Wellington Sánchez.
Cuando terminó el partido todos saltamos a la cancha a festejar. Queríamos salir a seguir celebrando con la gente en las calles.
Los exvolantes coincidieron en calificar como “un día inolvidable” cuando se selló el boleto a Corea-Japón 2002.
“Se lo tomaba como imposible clasificar a un Mundial hasta ese día. Teníamos la sensación que lograríamos dar ese último paso. Ríos de gente nos daban ánimo en las calles en el camino al estadio. Reafirmamos esa gran responsabilidad de retribuir ese cariño con la clasificación”, resaltó Burbano.
Además, un ingrediente especial fue obtener la clasificación ante los uruguayos, que agredieron a varios tricolores en el pasillo hacia los camerinos en el juego de ida en Montevideo.
“Teníamos claro que la revancha sería con fútbol, no con violencia, enviándolos a la repesca (al Mundial). Fue el cierre perfecto de dos años de esfuerzo para superar varias adversidades, dejamos un legado de unión, solidaridad y compromiso”, destacó Burbano.
Sánchez rememora con felicidad ese histórico día.
“Cuando terminó el partido todos saltamos a la cancha a festejar. La plantilla y cuerpo técnico dimos una vuelta olímpica, como muestra de alegría y homenaje al público que ese día estuvo en el estadio. Queríamos salir a seguir celebrando con la gente en las calles”, sostuvo.
Se lo tomaba como imposible clasificar a un Mundial hasta ese día. Ríos de gente nos daban ánimo en las calles camino al estadio.
Pese a que hasta ahora siente el cariño de la afición nacional, Sánchez aseguró que eso no pasa con los directivos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

“Ni una invitación para ver los partidos de la selección nos han hecho. Lastimosamente la memoria es frágil para los actuales directivos, pero me queda la satisfacción que afuera la gente nos sigue recordando con cariño”.

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Sánchez y Burbano tienen claro que ser parte de la primera clasificación al Mundial les cambió la vida. Mencionaron que el Bolillo Gómez les recalcó que los frutos los verían al volver del torneo y que “debíamos mantener la humildad, ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha”.
Los exfutbolistas confesaron que con los mundialistas se mantienen en contacto mediante un grupo de WhatsApp, donde desde ayer empezaron a recordar todo lo vivido hasta llegar a la Copa del Mundo en Corea-Japón 2002. RVF-DPI