La temida contrarreloj fue superada sin problemas por Richard Carapaz (Ineos Grenadiers), quien demostró que su potencial no tiene límites al quedar en el séptimo lugar de la décimo tercera etapa de la Vuelta a España.

Fue un nuevo golpe en la mesa del ciclista ecuatoriano en busca de sumar su segundo título en una gran vuelta, tras la corona del Giro de Italia en 2019, y para lo cual tiene escenario favorable: la montaña.

Además, terminó con las aspiraciones de la mayoría de sus rivales y dejó la lucha solo ante Primoz Roglic (Jumbo Vista) y Hugh Carthy (EF).

Precisamente Roglic, especialista en contrarreloj, asumió el liderato de la ronda española al ganar la jornada del martes 3 de noviembre, pero solo logró sacarle una ventaja de 39 segundos a Carapaz, cuando los pronósticos establecían hasta 1 minuto y medio.

“Ha sido una crono bastante dura, feliz por el resultado. Hemos venido a ganar la Vuelta y sigue siendo el objetivo”, afirmó el tricolor, quien para cumplir con su meta tiene cuatro etapas, con varios ascensos, para descontar la ventaja que tiene el esloveno.

Agregó que “la Vuelta sigue abierta, hay muchas posibilidades, va a haber muchos días muy duros, donde todo puede cambiar. Seguiré luchando hasta el domingo”, cuando la ronda española concluya con una etapa llana en Madrid.

Por su parte, Roglic, quien sumó su cuarta victoria de etapa en esta edición de la Vuelta y recuperó el maillot rojo, resaltó que “es mejor estar 39 segundos por delante que por detrás”, pese a que en sus expectativas estaba conseguir un margen más amplio.

Analizó que “ha sido muy bonito ganar porque llevaba tiempo sin ganar una contrarreloj. Me he sentido fuerte y he tenido buenas sensaciones”.

Sobre lo que se viene en los últimos días de la competencia, dijo que estará “muy concentrado” en lo que tiene que hacer y que además cuenta con “un equipo fuerte” como gran soporte.

La jornada del sábado 7 de noviembre, la última de alta montaña, se presenta como la ideal para que Carapaz dé el golpe final y llegue al siguiente día a Madrid con el maillot rojo.

El panorama es similar a las dos semanas anteriores, en las que Richie hizo sufrir a Roglic en los exigentes ascensos del Formigal y L’Angliru, previo a los días de descanso.

Ahora espera que el mítico alto de la Covatilla, a 1.965 metros de altura, sea el que lo consagre como el nuevo ‘rey’ de España.