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¡A dibujar para sanar!

Con la ayuda del lápiz, los infantes pueden transmitir lo que no dicen con palabras

Esto no solo es un hábito creativo y didáctico, también sirve como terapia en los más pequeños. Aparte de potenciar sus habilidades motrices (en las manos), aprenden a manifestarse sin palabras, revelando lo que callan. Con la ayuda de un buen profesional, se conseguirán buenos resultados. “Esta terapia es más adaptativa en los infantes y útil para manejar las diferentes emociones como alegría, enojo, ansiedad, etc. En el caso de los adultos, ellos tienen dificultad de verse hacia adentro y los niños tienen ese mismo problema. Con el dibujo se puede analizar su mundo interior”, dice Biulimar Alejos, máster en Psicología Clínica, con experiencia en trato afectivo para padres y niños.

Objetivos de la terapia

Con las creativas sesiones se logra desde mejorar la concentración en las actividades diarias del niño hasta para relajarse y drenar emociones como el enojo. Adicionalmente, los dibujos pueden ser coloreados por los menores de edad, actividad que también es parte de la terapia.

El apoyo en casa

Según Alejos, se recomienda informar a la familia que convive con el menor sobre las técnicas y estrategias para trabajar en las emociones. Porque eso servirá como sustento ante los cambios que noten en el pequeño. Es esencial que los parientes sepan sobre la terapia.

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Color y círculos

La psicóloga aplica técnicas de colorear círculos y dibujar en ellos la emoción que sienten. Así logran manifestar aquello que no pueden revelar con palabras. A su vez,, ejercitan la motricidad fina, habilidad que deben desarrollar en la infancia. Este método también ayuda a los niños con discapacidad.

Recomendaciones

  • A los 5 años, al mostrar más destrezas para dibujar, es la edad adecuada para que el niño se inicie en esta terapia.
  • Sesión individual. Es preferible que reciba la sesión personalizada (y no grupal) para lograr que el niño se concentre mejor en cada clase. Al haber más integrantes, hay probabilidad de que se distraiga y no se cumplan los objetivos deseados.
  • El tiempo. La duración de la terapia dependerá del progreso del niño.

Recuerde que...

  • Al inicio hará trazos desordenados, irregulares, y sin ningún tipo de control. Los garabatos carecerán de sentido, pero funcionan como una gran manifestación de placer y diversión para el pequeño.
  • La orientación es prioritaria en esta etapa, principalmente para que su hijo no termine pintando las paredes, suelo, puertas, y otros, ni tampoco intente llevarse el lápiz a la boca. Cómprele una mesita para que pueda dibujar tranquilamente.