Cuidarse
Registrar los buenos momentos en una especie de diario de agradecimiento es recomendable.DPA

Hacer varias cosas a la vez puede llevar al desasosiego

Los expertos sugieren cuidar más de sí mismo y hacer un espacio en el día para meditar. Recomiendan también poner en orden los pensamientos

Ejercer el cuidado con uno mismo. Un concepto que puede sonar abstracto, pero que puede implementarse sin problemas en la vida cotidiana, incluso en mucho mayor medida de lo que piensan unos cuantos. Pero, ¿de qué se trata exactamente?

Dicho de manera sencilla: deténgase unas cuantas veces al día, escúchese, percíbase y no juzgue absolutamente nada de nada. De esa forma, se estará en el aquí y ahora, no sólo física, sino también mentalmente.

"Es un plus en la calidad de vida", dice el especialista en medicina interna y psicoterapéutica Christian Stock en Bielefeld. Y explica que se disfruta del momento y se siente tranquilidad.

"Al mismo tiempo uno se encuentra alegremente con uno mismo", complementa el psicólogo y coach del estrés Jacob Drachenberg de Berlín.

El problema es que muchas personas no suelen estar centradas en su vida diaria, mientras desempeñan varias tareas en forma simultánea. "Desayunar, leer el diario y escuchar la radio al mismo tiempo", es el ejemplo citado por Stock para este multitasking. O bien planchar con la televisión encendida y hablar al mismo tiempo por teléfono.

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¿Es este comportamiento realmente tan malo? Sí, advierte este médico especialista. "Te quita las fuerzas y te hace estar inquieto y desasosegado".

En pos del bienestar de la persona siempre será mejor concentrarse en una sola tarea. Por ejemplo, durante el desayuno: oler a conciencia el café, el pan o la manteca, saborearlos y alegrarse por ello.

O, tras la comida, concentrarse plenamente en la lectura del diario, sin que los pensamientos se distraigan con la música que se escucha por la radio.

Asimismo es importante por el propio bienestar poner en orden el mundo de los pensamientos. "No tiene absolutamente ningún sentido rumiar constantemente lo que posiblemente salió mal en el pasado y lo que se podría o debería haber hecho mejor", detalla el psicólogo Drachenberg. Lo que sucedió, agrega, ya no puede ser modificado.

Cuidarse
Al levantarse, quédese unos minutos en la cama para tomar conciencia del entorno.DPA

Drachenberg también afirma que reflexionar permanentemente sobre aquello que podría suceder durante el próximo tiempo asimismo implica una energía innecesaria.

Por ejemplo, quedarse cavilando si uno estará en condiciones de llevar bien adelante una conversación con el jefe la semana siguiente. "En cambio, hace bien dirigir la atención hacia el presente y percibirlo con todos los sentidos", apunta.

Existen numerosos ejercicios para la atención que pueden practicarse en la vida cotidiana. "Una variante es por ejemplo meditar un cuarto de hora después de despertarse a la mañana", sugiere Christian Stock. O sea, tomar absoluta distancia del afuera y concentrarse por completo en uno mismo.

El siguiente procedimiento es aún más sencillo: no saltar inmediatamente de la cama en cuanto suena el despertador. Por el contrario, tomarse tiempo para inhalar y exhalar en forma consciente.

Posteriormente, tomar conciencia del entorno: ¿afuera ya está claro o aún está oscuro? ¿Gorjean los pájaros, ladra un perro? Y sentir agradecimiento a conciencia de que uno está cómodamente tendido, cuenta con un techo sobre su cabeza y los seres queridos que están alrededor.

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También en muchos otros momentos de la cotidianeidad hará bien un ejercicio de atención. "En lugar de enojarse porque se está parado en la fila de la caja del supermercado, será una ganancia simplemente hacer una pausa y agudizar los sentidos". ¿En qué tonalidades de colores se encuentra vestida la gente delante mío en la fila, a qué huele en realidad dentro del supermercado?

Del mismo modo, pueden entrenarse los sentidos y la percepción para el momento concreto en que se espera el autobús o el metro en la parada o se está en un atasco en el coche. ¿En qué detalles de mi entorno, que posiblemente no habría notado de otro modo, me fijo en el transcurso de esta pausa?

Quien así lo desee, también puede destinar un día a esta atención y tomarse de esta manera una jornada completa para sí mismo. "Un día semejante es más adecuado para los avanzados", comenta el médico Stock. O sea, personas que ya están familiarizadas con estos ejercicios de atención y desean intensificar su entrenamiento.

Stock indica que una jornada de mindfulness puede pasarse en soledad en casa, pero también con un grupo. Las propuestas para una jornada de este tipo en el marco de un grupo son ofrecidas por numerosas instituciones, así como por centros de formación de adultos.

Estas ofertas por lo general contienen entre otros ejercicios meditación y de yoga. Además, la o el maestro a cargo suele presentarle algunos textos inspiradores a los participantes.

Para pasar un día de mindfulness en casa resulta necesaria una buena preparación. "Se prepara comida, se desconecta el teléfono, se está offline y se les dice a todos que uno no estará alcanzable", hace el recuento Stock. Y, durante toda esa jornada, se impondrá el silencio.

El médico apunta que también resulta conveniente practicar en casa la meditación andante. Para ello, se busca un trayecto, por ejemplo un pasillo extenso.

"Se camina en cámara lenta y se presta mucha atención a la respiración y al movimiento", dice Stock. Otro ejercicio: sentado en posición vertical, dejar que sus pensamientos vayan y vengan, sin juzgarlos.

Pero implementar enseguida este día completo de mindfulness es una posibilidad y no una obligación. "Existen realmente incontables pequeños momentos en la vida cotidiana en los que se puede entrenar la atención plena con uno mismo", señala Jacob Drachenberg.

Y brinda un consejo: escribir cada noche una especie de diario de agradecimiento, donde anotar qué cosas fueron bien durante el día. "Frecuentemente es más de lo que se piensa", manifiesta el experto.

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Fuera de la cabeza, hacia dentro del cuerpo: esto también se consigue mediante el deporte. Según Drachenberg, "uno se da cuenta de lo que le produce el esfuerzo físico, de cómo le late el corazón". Y lo bien que esto nos hace sentir.