
"No quiero flores, quiero justicia": madres que han perdido hijos por la violencia
Cuando el dolor se hereda: madres que han perdido a sus hijos por la violencia
En un país marcado por la violencia, la migración y la incertidumbre, ser madre en Ecuador es un acto diario de resistencia. Este especial reúne historias reales de mujeres que crían con miedo, amor y coraje en medio del caos. Madres que han perdido a sus hijos, que los ven partir en busca de un futuro mejor, que enfrentan la delincuencia desde la trinchera de sus hogares o desde sus uniformes. A través de testimonios, datos y análisis, EXPRESO rinde homenaje a las mujeres que sostienen este país desde el corazón y la lucha silenciosa.
Nadie debería poder dormir tranquilo ni mirar a los suyos y sonreír, cuando acaban con la vida de una mujer. Esa es la sensación que queda al escuchar a Elizabeth Otavalo. "El Día de la Madre se siente aún más dolor. Mi Isaac se quedó sin María Belén y yo sin mi hija. La extraño, me hace falta, quiero que esté conmigo. Siento que a mi hijo- nieto le heredo esta sed de justicia", dice.
La lucha por la justicia
En septiembre del 2022, el mundo de Elizabeth y de Isaac se desmoronó. Pareciera que luego de un terremoto, las réplicas no hubieran cesado. La mujer, de 56 años, ha recibido un golpe y otro y otro golpe, desde que su hija, de 34 años, fue víctima de femicidio, en manos de su pareja, Germán Cáceres, en las instalaciones de la Escuela Superior de Policía General Enríquez Gallo, en Quito.
En Ecuador, quizá muy pocos no conocen el caso. Todos quedaron conmocionados al saber que un policía mató e intentó desaparecer el cuerpo de su pareja. Luego, en diciembre 2022, fue capturado en Colombia, a donde huyó, con otra identidad. Pero nadie sabe lo que Elizabeth Otavalo ha enfrentado junto a su hijo-nieto Isaac, como ella lo llama.
El impacto de la noticia hizo que el caso se mueva, en lo judicial, aparentemente. En mayo del 2023, finalmente, el femicida, que confesó haber asesinato a María Belén Bernal, fue condenado a 34 años y ocho meses de prisión.
Pero, solo en primera instancia. "Luego este señor apeló y han pasado dos años y la justicia está durmiendo. No pasa nada, no sé qué pretenden, qué negocian. Hubo jueces suspendidos y luego otra vez reintegrados. Enfrentamos fraude procesal, el Instituto de Seguridad Social de la Policía (ISSPOL) le quiere cobrar a mi nieto por la casa (que compró su mamá) y va pasando el tiempo, así como la efervescencia del caso, el supuesto acompañamiento no existe. No hay un sistema de protección que nos auxilie", denuncia Elizabeth Otavalo.
"Un duelo que solo se puede superar con justicia": Alexandra Serrano/ psicóloga
Este tipo de duelos difícilmente se pueden superar, explica la psicóloga Alexandra Serrano. "No es un duelo cualquiera, por lo traumático de las muertes violentas, de los femicidios. Son muertes inesperadas, en condiciones de mucha humillación, de quitarle la dignidad a la víctima. Son heridas que laceran el tejido social", anota.
Serrano cita a la mexicana Marcela Legarde, antropóloga e investigadora feminista, para señalar que hay una doble agresión, la del femicida como tal y la del Estado cómplice de que haya sucedido. "Las instituciones permiten que se den las condiciones propicias para los femicidios y una vez que ocurren, los Estados permiten que queden impunes y se vuelve una herida que hace el Estado a esa persona y a la familia".
Un dolor que no quiere heredar a su nieto
Elizabeth Otavalo recuerda que ninguna madre está preparada para perder a una hija, tampoco un hijo para perder a su madre. "Nos quedamos sin ella y también pobres, viviendo un dolor para toda la vida. Belén me hace falta, la extraño, quiero que esté aquí conmigo y lo más doloroso es esperar el día en que me encuentre con ella y volverla a abrazar. Quiero preguntarle si esta lucha fue en vano", cuenta. Y también que están en terapia psicológica y que en las noches se imagina que su hija la abraza, "me apapacha".
La madre de María Belén Bernal dice que nadie va a entender su dolor. "Pasa el tiempo y heredamos esta sed de justicia a los hijos víctimas de femicidio y no es justo, ellos necesitan tener una calidad de vida, luego de enfrentar un dolor tan grande. No quiero heredarle este dolor a Isaac. Ya Belén no está y es muy difícil entender que jamás volverá. Tengo que secarme las lágrimas y avanzar, trabajar para mantener a mi hijo-nieto. Es falso que se nos abren las puertas, que me han dado la mitad de un centavo. He perdido y he vendido lo invendible para sostener juicios y manutención".
Somos voces que buscamos verdad, justicia reparación y no repetición por los femicidios de nuestras hijas, resilientes al sistema patriarcal y a una administración de justicia injusta. La lucha continúa. pic.twitter.com/I1CsAzfQKX
— elizabethotavalo (@elizabethotaval) March 8, 2025
Una serenata para María Belén Bernal
Isaac, según cuenta su abuela, no quisiera estar en ningún programa por el Día de la Madre. Hace un año volvió a tocar el violín. Lo dejó porque estaba acostumbrado a tocarlo, mientras su mamá revisaba casos. Se ha refugiado finalmente en la música. Y este domingo 11 de mayo del 2025 esperan juntos, abuela y nieto, visitar a Belén. Su hijo le tocará el violín.
En medio del dolor, Elizabeth Otavalo cuenta que se reunió con el ministro del Interior, John Reimberg, quien "está abierto para tratarnos de ayudar. Me dijo que va a buscar una forma de solucionar el problema que tenemos porque el ISSPOL quiere cobrarle a mi nieto, de 15 años, por la hipoteca de la casa. Espero que no sea un ofrecimiento más, he vivido tantos, de Juan Zapata, Henry Cucalón, Guillermo Lasso y nada. Todo se ha quedado en nada, el Ministro del Interior me dijo: 'Señora Elizabeth le vamos a ayudar'. Espero por eso, no es caridad, existió un seguro de desgravamen".
@ISSPOL ¡Exigimos se haga lo correcto!
— Fundación ALDEA (@AldeaFundacion) March 27, 2025
🔥Apliquen la Ley de Reparación Integral.
El hijo adolescente de #MaríaBelénBernal es víctima, ¡no es deudor! @DanielNoboaOk@Presidencia_Ec@InteriorEc@PoliciaEcuador@DDHH_Ec@ariannatancam @elizabethotaval pic.twitter.com/KMkRb8APBs
Una herida abierta
En abril del 2024, el cuerpo de Milena Cedeño, de apenas 20 años, fue encontrado por la zona del volcán El Corazón, en el sur de Quito. Se sabe que la mataron el 30 de marzo. Ella, tres meses y medio antes había llegado a la capital, para trabajar. A diario se comunicaba con su mamá Narcisa, que se quedó en su natal Quevedo. Una pareja fue procesada. Pero en marzo fueron declarada inocente.
"Este será otro Día de la Madre más. Me siento agotada, sin ánimos. Pero buscando fuerza porque hay que pelear y ser constantes para obtener lo único que quiero: que se haga justicia, del resto se encargará Dios. A la pareja se le declaró inocente. Pese a que las investigaciones dicen que mi hija Milena estuvo en su departamento, la emborracharon. Por el GPS del carro que alquilaron se supo dónde la botaron. Él no se quiso hacer la prueba de ADN, para confirmar la violación".
#ATENCIÓN | #Pichincha: como resultado de la investigación llevada a cabo por #FiscalíaEc, por la desaparición de Milena Estefanía Cedeño Mendoza (20 años), en las próximas horas se procesará penalmente a Luis Emilio C. Q. y Alejandra Carolina F. B. pic.twitter.com/ZQIYgHOPUX
— Fiscalía Ecuador (@FiscaliaEcuador) April 4, 2024
Ha pasado un año y un mes desde que se supo de este crimen. La madre de Milena dice que solo espera por la sentencia escrita, para apelar. Pero teme que la pareja se vaya del país. Él es peruano y ella de Quevedo. "Dios se encargará de su parte, pero voy a seguir hasta lo último, por la justicia terrenal", comenta Narcisa y también que teme por la seguridad, de sus hijas, de 8, 14 y 17 años.
"Mi hija pequeñita llora por las noches. Recuerda las palabras de su hermana mayor, le decía que ella era la favorita de sus hermanas. Hay un vacío".
Sin justicia se revictimiza a las madres
La psicóloga Alexandra Serrano sostiene que uno de los elementos centrales de la reparación es la justicia. "La justicia sirve para poner orden en la anomia. Si alguien no respeta las normas, la justicia restaura el orden. Es como que obra para decir que perdonen por un error en particular y eso deja la sensación de que la sociedad sigue siendo segura para todos. Sin justicia hay revictimización, se muestra que no hay ninguna protección ni garantía ni pacto de convivencia. La herida queda en la sociedad en su conjunto. La persona que cometió un delito debe ser castigada, reparada, indemnizada o lo que fuera. Así la sociedad puede seguir funcionando".