Carolina Sabino
Carolina Sabino.cortesía

Carolina Sabino: “Me caigo bien”

En Ecuador, la colombiana ha construido su sueño más ansiado tras una larga y explosiva carrera artística que continúa firme, próxima a lanzar su nuevo disco.

‘Frentera’, enérgica, cautivadora, bogotana de nacimiento y sietemesina. Carolina es una celebridad en Colombia, donde creció y vivió acompañada del rimbombante mundo de la farándula, que la ha endiosado y también acosado a lo largo de 35 años de carrera ininterrumpida como actriz y cantante.

A pesar de los embates que la han sacudido, su férreo carácter ha resultado el caballo de Troya de esta historia. “En Colombia una ‘fama’ es un lugar donde se compra carne… Cada vez estoy más de acuerdo con que esa es la definición perfecta. Nunca, ni en mis momentos más gloriosos, la he dejado habitarme. No le creo. No me gusta la mentira, ni estar a merced de la opinión de otros. He fallado por querer agradar o cumplir expectativas ajenas, pero en mi esencia eso no pega, así que por eso no la llevo conmigo”.

Apogeo de una estrella

A los seis años formó parte de ‘Pequeños gigantes’, un programa infantil que fue un boom en su momento. Para Carolina, los sets y las cámaras eran un espacio común, pues su madre (modelo y actriz colombiana) la llevaba a los castings y estudios de grabación desde muy chica. “Yo creo que todos los seres humanos somos vehículos de algún talento. Se nos dan esas herramientas desde que llegamos al mundo y tener personas, como mi madre, que te apoyen y te ayuden a transitar ese camino es lo que hace que puedas experimentarlas, desarrollarlas, pulirlas y entregarlas a quien las reciba. Ese programa fue una escuela de todas las artes y la iniciación del camino que, aún muchos de los que estábamos ahí, hemos seguido”.

Su primer protagónico fue al graduarse del colegio. Sin embargo, nunca dejó a un lado su preparación en la actuación, canto, composición y dramaturgia. Eso afianzó una exitosa carrera en novelas, series y producciones de gran impacto en la televisión colombiana y regional. Entre muchas, actuó en ‘Tiempo final’, ‘Pasiones secretas’, ‘Momposina’, ‘Eternamente Manuela’, ‘Las Juanas’ (en la que interpretó a Juana Matilde), ‘El fiscal’ . Y con el protagónico de ‘El precio del silencio’ recibió un India Catalina, uno de los más anhelados galardones de la televisión colombiana.

Afincada en Ecuador desde hace siete años, ha participado en varias obras de teatro musical como ‘Chicago’ o ‘El amor es un cabaret’, y en este 2022 baraja nuevos proyectos televisivos tanto en Colombia como en Ecuador. “Tengo la idea de hacer que la cultura retumbe en Ecuador con personas que tienen la misma inquietud de hacer producciones de calidad en todos los ámbitos. Aquí hay mucho talento y mucho por hacer”.

En tanto, acaba de lanzar ‘Quisiera verte’, la primera canción de su nuevo disco. “¡El recibimiento ha sido hermoso! Ese es mi nuevo hijo y toda mi energía está concentrada ahí. Quiero montar una banda y girar. El escenario me hace mucha falta”, confiesa. De hecho, la artista ha transitado entre la actuación y la música con sobrado talento. Empezó con Luna Verde, con la que grabó varios discos y ganó dos Gaviotas de Plata en el Festival de Viña del Mar en 1999. Además fue parte de la banda sonora de la serie ‘Las Juanas’, que recorrió el mundo.

“Ha sido un camino impredecible, de matices… Siento que me falta mucho por construir, pero celebro cada paso que he dado. Momentos de muchas satisfacciones, personajes entrañables, canciones que acompañan mi historia y la de muchos y ¡teatro! Estoy en absoluta comunión con lo que he vivido y dispuesta y preparada para todo lo que viene”.

Carolina, íntima

“Me siento muy congraciada con mi versión de hoy, me caigo bien y procuro mejorar día a día. Soy real, una mujer agradecida, fuerte, apasionada, malhablada, muy optimista e inmensamente sensible”. Atrás quedan episodios duros que debió atravesar, pero afirma que no se trata de haberlos superado, sino de aceptar y reconocer que la suma de todo la ha convertido en la mujer que es hoy. “No cambiaría ninguna de mis experiencias. Las lecciones son fundamentales para crecer”.

María Dolores Sevilla, deportista ecuatoriana

María Dolores Sevilla, sin parar

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En Quito vive en un departamento con un ritmo sosegado e íntimo, lejos del acelerado show business de Colombia. Encontró el amor y el equilibrio con el chileno Mario Bert (radicado en el país por más de 30 años), con quien trabaja todos los días por sostener a su familia, conformada por el primer hijo de la actriz, Tomás Duque (o Kike, como le llaman), de 22 años; el de ambos, Benjamín, de 5; y su suegra, Sonia. “La raíz más sólida de mi vida es la familia, ella es mi prioridad. Me esfuerzo cada día por ser una buena esposa y madre. Cuido con mi vida a quienes amo, trabajo en la cura de mis defectos e intento ser justa y leal”.

Cara a cara

  • ¿Qué destaca de su carrera?

¡La perseverancia! Es una carrera compleja, pero mi corazón y mi cabeza han estado siempre conectados con lo que quiero y me da resultado. Lo importante para mí es disfrutar cuando sucede.

  • ¿Cómo ha sido vivir en Ecuador?

Aquí he sembrado mis raíces más sólidas… construí mi sueño más grande: mi familia. Es un país que me invita a crear, a sentir, a mover fibras. Me han abrazado el alma y su gente es lo que más me gusta.

  • ¿Qué le hace falta de Colombia?

Voy a mi país con frecuencia y cuando estoy ahí busco los abrazos de mi madre y mis dos hermanas, de los amigos, algunas comidas, lugares, música...

¿Sus secretos para verse siempre hermosa?

(Risas) Me permito todo lo que me haga feliz y no transgreda a otro ser humano. No quiero parecerme a nadie ni creo en las verdades absolutas de belleza, alimentación, cuerpos... Creo que si se está bien por dentro, se ve bonito por fuera, a los ojos de quien lo quiera ver.

  • En la alimentación, ¿algo en especial?

Pasta, ¡en todas sus formas! (risas)

  • ¿Tiene miedo a envejecer?

¡Cero! Pero a la muerte sí. ¿Quiero que me sorprenda como a los 100! Sentir que todo lo que he vivido se va tatuando en mí, me encanta.

  • ¿Hasta dónde Carolina ?

¡Hasta siempre! Veo los ojos de mis hijos y esa es mi única certeza: permaneces mientras haya alguien que te recuerde.