Votacion y dictadura

Un gobierno disfuncional como el de Correa asume como fuente de poder absoluto la mayoría numérica para imponerse sobre toda la sociedad. Pero esa mayoría de votación no puede delegarle poderes que no posee. La megalomanía, la prepotencia y la arbitrariedad no le dejaron ver una verdad absoluta: son los individuos los que poseen derechos, no la sociedad, y peor cualquier minoría o mayoría. Por lo tanto, el gobierno no podía violar los derechos individuales de los ciudadanos considerando que la mayoría le había “otorgado” ese “derecho”. La fuente de un gobierno es el consenso racional de las mayorías, no el consenso numérico y arbitrario de ellas, y por “racional” se entiende todo aquello encaminado a defender los derechos inalienables del individuo.

Todo organismo eficiente basa sus resoluciones en el consenso. Cuando no existe acuerdo, se somete a votación para resolver por mayoría. Pero terminada la votación y tomada la resolución, se continúa trabajando en forma unificada hacia el cumplimiento de objetivos y metas institucionales. En el caso de un país, con objetivos nacionales claros, los eventos electorales son solo eso, medios o instrumentos para la elección de dignatarios. Luego de haberse establecido el o los elegidos, se debe retomar la unidad de país y gobernar en función de todos, no solamente de quienes votaron favorablemente.

No cabe la interpretación arbitraria de que con la votación se ha obtenido un mandato incondicional para atentar contra valores absolutos como los derechos humanos. Estos no pueden estar sujetos al voto de las mayorías. El gobierno que mediante acciones de cualquier tipo logra que la mayoría se pronuncie violando esta norma básica de existencia, se constituye en una dictadura, por más que su origen sea el voto popular, tal como ocurrió con el gobierno de Correa. Se destruyen los principios básicos que justifican la existencia del gobierno, institución que, además, debe preservar, en libertad, esos dos grandes valores que se logran al vivir en sociedad: el conocimiento humano y el comercio, y por ende el desarrollo.