Vivimos una Tercera Guerra Mundial
Para suerte de la humanidad, después del fin de la Guerra Fría, que terminó con la disolución de la Unión Soviética, el mundo ha vivido un largo período de paz. Desgraciadamente desde 2010 una gran cantidad de conflictos armados se han presentado alrededor del orbe, muchos de ellos como actos revolucionarios para derrocar al gobierno de turno, pero que se han convertido en enfrentamientos militares, con una enorme cantidad de bajas y la adquisición de armamento moderno y asistencia de países que, por vender sus armas, intervienen por uno u otro bando en conflicto. Empecemos con algunos ejemplos:
Libia. Después de la guerra que significó el derrocamiento y muerte de Gadafi, 2011, ya que intervinieron no solo grupos armados sino también países, comenzaron las luchas por el poder, las que han tenido dimensiones internacionales, como cuando los Emiratos Árabes Unidos decidieron bombardear, con el beneplácito de Egipto, las posiciones islamitas de Trípoli, mientras que Catar eligió armar y financiar a dichos grupos.
Sudán. Fue un conflicto racial entre tribus musulmanas árabes y negros. Se considera una de las carnicerías humanas más graves que ha habido en los últimos tiempos.
Un artículo del Servicio de Noticias de Naciones Unidas aseguraba que la organización considera que unas 400.000 personas murieron y unos 2’000.000 debieron abandonar sus hogares. A pesar de los números oficiales, muchos medios independientes y ONG consideran que las víctimas son muchísimas más.
En Darfur hubo ensañamiento con las mujeres y niños. La violación y otras formas de violencia sexual constituyen graves infracciones del derecho internacional sobre derechos humanos y del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
El asunto pareció haberse terminado con la intervención de la ONU. Sudán se dividió en Sudán del Norte y Sudán del Sur. Actualmente Sudán del Sur sufre una de las más grandes hambrunas que azotan la región, siendo un país rico en petróleo. Han vuelto grupos armados y el conflicto se extiende con la intervención de los países ansiosos de explotar para sí el petróleo.
Siria. Después de años de guerra, donde hubo una intervención de las grandes potencias, y de que Rusia pudo utilizar los enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición para ensayar y utilizar su nueva producción de armas, parecía que el costo para Bashar al-Asad de quedarse en el poder implicaba la casi destrucción del país. Los grupos yihadistas continúan con sus ataques, lo que significa otro foco de guerra.
Ucrania. Después de que los rusos se tomaron Crimea y hubo varios enfrentamientos entre Ucrania y Rusia, siguen los grupos prorrusos, armados debidamente, provocando la invasión de las fronteras de ambos países para formar nuevas repúblicas satélites de Rusia. En Chechenia continúa el enfrentamiento con los rusos, pese a las grandes matanzas realizadas por el ejército ruso, ya que Putin quiere acabar con este foco de infección, como ha acabado en parte en Georgia.
Lo mismo sucede con Yemen y otros Estados, como Palestina, cada vez más disminuida por los asentamientos israelitas, lo que nos hace concluir que en el futuro se presentarán nuevas guerras dispersadas por el mundo. Por algo sigue la proliferación de países que fabrican armamentos, cada vez más sofisticados.
Siempre habrá pretexto para organizar las guerras: defensa de la paz, de los derechos humanos, de la democracia, aunque todos estos actos han convertido al mundo en un enorme matadero. Cada minuto mueren en el planeta 10 niños por hambre o enfermedades curables, pero eso no importa, negocios son negocios y las guerras piden armas. Y las armas piden guerra.
En Corea del Norte hay mucha hambre pero pese a ello a su gobernante lo que le interesa es tener los cohetes nucleares de mayor alcance. ¿A quién desea invadir? Dos reuniones con Trump y ningún resultado. Ahora pide una tercera reunión. Consideramos que quedará en lo mismo. Prefiere su líder que el pueblo sufra por las sanciones económicas impuestas. Más importante es su ego. Y ahora se reunió con Putin.
Putin, el nuevo zar de todas las rusias, se ha engolosinado en el poder y, también con graves restricciones por las medidas tomadas por la Unión Europea por su conflicto con Ucrania, cree haber encontrado la fórmula para convertirse en uno de los mayores productores de armas. Recientemente anunció que tiene en su arsenal un cohete que alcanza a los Estados Unidos y que no podría ser detectado.