
Vias mas duraderas es imperativo estabilizar suelos y taludes al construirlas
Aunque no tiene la intensidad que tuvo en 1982-83 y en 1997-98, el fenómeno de El Niño comienza a afectar la vialidad del país. Hasta ahora se han registrado varios deslaves en vías como la Cuenca-Molleturo-Puerto Inca y la Paute-Guarumales-Méndez, que
Aunque no tiene la intensidad que tuvo en 1982-83 y en 1997-98, el fenómeno de El Niño comienza a afectar la vialidad del país. Hasta ahora se han registrado varios deslaves en vías como la Cuenca-Molleturo-Puerto Inca y la Paute-Guarumales-Méndez, que comunican a Azuay con Guayas y Morona, respectivamente. En las provincias de Loja, Chimborazo, Bolívar, Esmeraldas, Manabí y El Oro ha ocurrido lo mismo y un poco más: derrumbes, hundimientos de la capa de rodadura y formación de grandes baches en las carreteras.
Desde el 15 de este mes, EXPRESO pidió una entrevista con el titular del Ministerio de Transporte y Obras Públicas o algún representante, para consultarles cuál es al momento el balance de la afectación a la red vial y qué normas y procedimientos sigue o exige el MTOP a sus contratistas para la construcción de carreteras y autopistas en el país, de forma que estas ofrezcan comodidad, seguridad y sean durables.
Voceros de dicho ministerio en Guayaquil indicaron el martes pasado que por temas de agenda, entre ellos la organización del evento de rendición de cuentas del ministro Walter Solís, no había aún una respuesta pero que la darían oportunamente.
Sin embargo, la situación de las vías no es aún preocupante, según ingenieros civiles especialistas en vialidad, consultados por este Diario.
José Macchiavello, un exministro de Obras Públicas a quien le tocó trabajar en la reconstrucción vial luego del fenómeno climático de 1997-98, indica que hoy el país está mejor preparado que en esa época, al haberse “mejorado ostensiblemente la vialidad en cuanto a calidad de carreteras”. Y precisa que en los últimos nueve años del actual Gobierno han habido recursos para ello.
Macchiavello aclara que eso no quiere decir que no se hayan registrado daños con las precipitaciones actuales. “Se han producido y es posible que se produzcan más daños y que esos daños se intensifiquen en caso de que se intensifique El Niño”, advierte.
Pero este y otros constructores locales tienen claro qué es lo que hay que hacer para que el mal tiempo no destroce las vías fácilmente. Y lo resumen en tres o cuatro claves: construyéndolas con base en buenos estudios de factibilidad, tomando en cuenta los sistemas de drenaje, realizando la estabilización de suelos y trabajando en la estabilización de taludes.
Emiliano Sornoza, constructor y exsubdirector zonal 5 y 8 de la Secretaría de Contratación de Obras, dice que a más del debido respaldo financiero, una obra vial necesita ser bien socializada. “Cuando se quiere carreteras durables hay que hacer un análisis completo de toda la infraestructura, de todo el entorno que conlleva el proyecto. Desde que usted empieza a socializar el proyecto va encontrando problemas y hay que irlos resolviendo y hacer un buen trabajo de prefactibilidad”.
Un reciente estudio efectuado por la consultora Vera & Asociados sobre el desarrollo de proyectos viales en el país, que fue presentado a la Cámara de la Construcción de Guayaquil, recalca que en Ecuador se construyen vías con mayor vida útil y que demandan menor mantenimiento. Y en cuanto a pavimentos, recuerda que el MTOP maneja dos tipos convencionales: los flexibles o asfálticos y los rígidos o de concreto hidráulico.
Los pavimentos rígidos se los diseña en el país para una vida útil de 20 a 25 años máximo y no para 50 años o más como se hace en Europa.
Macchiavello opina que hacer vías de hormigón como en Estados Unidos o Europa es muy costoso, pero él considera que el problema del Ecuador no es tanto lo caro, sino el hecho de que aquí ha sido costumbre dar prioridad a hacer pavimentos de hormigón, sin haber primero estabilizado taludes y mejorado los sistemas de drenaje.
Rubén Coronel, ingeniero civil, hoy dedicado a la consultoría, advierte que cuando no se construye bien “a los cinco o diez años estamos otra vez yendo a prestar más dinero para reconstruir esa vía que ni siquiera terminamos de pagar”.
Por esta razón, precisa Coronel, hoy los organismos multilaterales exigen a las entidades a las que prestan dinero para calles y carreteras, que tengan un presupuesto separado para encargarse del respectivo mantenimiento. “De esa manera se asegura que hayan buenas obras”.