La via a la Costa en crisis

Se dice que hacia allá se dará el crecimiento de la ciudad. Hay mucho potencial sin duda, pero no por el desarrollo que se vislumbra -como sería deseable-, sino por todo lo que está por hacerse para que la vía a la Costa realmente ofrezca las condiciones idóneas para acoger al Guayaquil del mañana.

Existen afectaciones al entorno, como las emisiones de polvo provenientes de las canteras ubicadas en la vía, pues solo una de las 17 que están activas cumple con las regulaciones medioambientales. Y es también un mal de la zona la contaminación del estero Salado, agravada por un derrame de combustible en octubre pasado.

Otro tema por resolver son las interrupciones en la provisión de agua potable, cada vez más frecuentes y de varias horas de duración, que han sido justificadas por la institución que presta el servicio alegando -la mayoría de las veces- mantenimiento del acueducto. Pero la recurrencia de los cortes lleva a pensar en daños estructurales, más todavía ante la ausencia de un comunicado oficial sobre las verdaderas causas.

Por último están las cuestiones de orden vial. Hacen falta semáforos, señalización horizontal, vertical y visible en las noches, paraderos de buses y pasos peatonales, lo cual genera accidentes automovilísticos y pone en riesgo la vida de las personas que a diario tienen que cruzar la vía sorteando el tráfico continuo a alta velocidad. Considerando que en pocas semanas se iniciará la temporada playera y que la circulación de vehículos se intensificará, generando congestión al inicio y término de cada fin de semana y feriados, resulta indispensable una acción urgente en este campo. Ya hace más de un año el Municipio habló de la posibilidad de construir una ruta alterna que podría desembocar en la avenida del Bombero y a la vez conectarse con el intercambiador de la Perimetral, “que ayude a descongestionar el intenso tráfico... y a liberar a la zona de un encierro urbanístico”. La ejecución de esta vía adicional debería ser una de las obras prioritarias en la agenda de 2019.

Sin remediar en el corto plazo todos los problemas que actualmente afectan a la vía a la Costa y que deterioran la calidad de vida de sus habitantes, mal podría darse inicio a una planificación eficiente para el proyectado futuro de Guayaquil, que impulse la construcción de más programas residenciales o de nuevos centros comerciales.