Verónica Uribe: Una modelo de sus propias creaciones de moda

Veronica Uribe: Una modelo de sus propias creaciones de moda

Esta guapa y extrovertida diseñadora fue una de las primeras en llegar al país a trabajar en un mercado que hoy por hoy, como ella misma nos explica, ya se ha desarrollado: el de la moda.

Hace 15 años, después de estudiar diseño y especializarse en sastrería en Italia, Verónica trajo su colección de accesorios bajo la marca DeVero, la cual llegó a tener 18 puntos de distribución y dos líneas; una económica y otra más exclusiva. Y precisamente para celebrar “los 15” de su carrera está preparando un evento en el que mostrará en retrospectiva los inicios de su marca hasta el día de hoy.

Verónica nos cuenta que su estilo ha mutado con los años, pues en la época en que regresó al país no usaba sus creaciones. “Era una ‘machona’ completa, andaba supersencilla. Como patinaba, entonces me la pasaba en ropa cómoda. Tuve un novio que me incitó a usar mis creaciones. Además mi familia completa se fue a vivir al exterior y me quedé con tres clósets enteros en casa con ropa de mi mamá y hermanas, por lo que empecé a usar piezas que jamás me había atrevido a usar, como faldas”, explica.

“Fue como un renacer. Empecé a lucir mis creaciones (en esa época accesorios) con looks más elaborados y superfashionistas, y la gente que me veía en la calle empezó a interesarse mucho más. Así mi negocio creció porque aprendí que no hay mejor publicidad que la que yo puedo hacer”.

Pero aclara que no ocurre así en todos lados. Ella viaja mucho porque a más de los centros de distribución que tiene en Quito, Ambato y Cuenca, trabaja y hace contactos para abrir otros puertos de distribución de sus marcas en el exterior, y por ello ha tenido que adaptarse a las culturas, porque según explica “no es lo mismo vender en Guayaquil, donde la gente es novelera, que entrar a un mercado serrano, que si bien es más medido en sus gastos, los clientes son fieles y a ellos hay que llegarles de forma más sencilla. Es igual que en Palm Beach, de donde acabo de llegar hace una semana y me fue muy bien en una feria”.

Pero a más de los accesorios, en los últimos años Verónica ha sonado mucho con la marca Ghilala, que lanzó en sociedad con una buena amiga. Y es que al fin decidió diseñar ropa y es precisamente su estilo el que plasma en sus piezas. Y aunque se venden en serie, cada una tiene cierta exclusividad porque, según ella, no hay muchas piezas repetidas y se juega bastante con las texturas. CPJ

Ella es el equilibrio de sus placeres

Para esta guayaquileña, los mayores placeres de la vida son comer, viajar y pararse frente al clóset cada mañana para ver de qué se va a disfrazar, dice con una sonrisa. Y ha aprendido a vivir feliz y equilibrar esos placeres. “Por mi trabajo viajo mucho y viajar es sinónimo de comer, así que no hay día en mi vida en que no haga ejercicio, vaya donde vaya llevo mis Kangoo y salgo a correr por las calles, o busco clases por Internet donde poder practicar. Aquí en Guayaquil estoy bailando flamenco dos veces por semana. Y debo cuidarme porque amo comer y durante años he tenido subidas y bajadas de peso algo bruscas (llegué a pesar 220 libras). Pero gracias a una nutricionista y una dieta que respeto cuando estoy en casa, los dos últimos años he estado en un buen peso”, explica Uribe.

Pero siempre la ropa ayuda a disimular el peso y ella es una experta, por lo cual dice que “durante mis años de gorda aprendí ese superpoder de jugar con la ropa para camuflar libras de más. Por eso la marca Ghilala es un éxito, no tiene tallas definidas; hemos logrado unificar dos o tres tallas en una sola pieza y crear cortes muy favorecedores que primero pruebo en mi cuerpo”.

Sencilla, pero arriesgada

La diseñadora confiesa que no sabe maquillarse, a pesar de pintar casi profesionalmente y hacer piezas maravillosas con sus manos. Por esta razón, prefiere un maquillaje sencillo para el día a día y el uso de hidratantes para mantener su piel joven. Claro que cuando se trata de un evento social siempre recurre a alguna profesional para que la deje impecable. Y confiesa que tiene un clóset lleno solo de vestidos de fiesta, pero que ningún bolsillo aguanta tanta vida social, por lo que aprendió a reciclar su ropa con piezas funcionales que ella misma crea y le sirven igual como un prendedor, cinturón o accesorio para el cabello.

En cuanto a peinados, Verónica se declara arriesgada: ondas grandes, raya en medio sin volumen, recogidos altos... No hay un favorito, todo depende del look.

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