Jornada. Manifestantes protestan contra el régimen de Maduro, ayer en la vía Francisco Fajardo, en Caracas.

Venezuela, al limite en su trimestre de rebelion

Conteo. Venezuela perdió el 70% de sus empresas en diez años y las que quedan funcionan al 30 % de su capacidad, según la patronal Fedecámaras.

Venezuela está semiparalizada. Disturbios que dejan al menos 89 muertos, vías cerradas, estudiantes sin clases, comercios vacíos y ladrones que aprovechan el caos marcan la cotidianidad en tres meses de protestas contra el presidente Nicolás Maduro.

El Observatorio de Conflictividad Social contabiliza unas 2.700 manifestaciones desde el 1 de abril, lo que complica aún más a una población que ya lidia con la falta de alimentos y medicinas, la inflación y la criminalidad. En los dos primeros se registraron 157 saqueos o intentos de saqueo, según el OVCS. La cifra sigue aumentando y agrava la escasez.

Desde su panadería, Daniel Dacosta ve a encapuchados listos para una nueva batalla campal con policías y militares en Altamira, sector acomodado de Caracas con constantes disturbios. Cerró una vez más.

Le falta harina, ha despedido a dos trabajadores, su negocio funciona al 50 %. “Los clientes no llegan, la situación es explosiva. La gente tiene miedo a salir por las bombas lacrimógenas y los malandros”, sostiene.

Según la ONG Cenda, una familia necesita siete ingresos mínimos para cubrir la canasta básica.

Karelis Rojas, una madre soltera de 37 años, recibe el impacto de las protestas por partida triple: como ama de casa, trabajadora y manifestante.

Sus hijos -una niña de doce y un niño de cinco años- dejaron de estudiar durante tres semanas por disturbios en el oeste de Caracas. Los gases han penetrado su apartamento, debiendo encerrar a los niños en un cuarto. Los vecinos hacen vigilias por temor a chavistas supuestamente armados que “marcaron” el edificio como refugio de “guarimberos” (manifestantes violentos). Esto deja secuelas en el menor, a quien debió llevar al psicólogo. “El miedo, la zozobra que uno tiene, lo afectó”, dice.

Karelis vio desplomarse a la mitad las ventas de prendas de mujer que diseña. “La gente lo menos que quiere es comprar ropa, busca tener su plan de contingencia por si pasa algo”.

Pese a las desdichas, se niega a quedarse en casa “llorando”: “La forma de mostrar mi descontento es salir a la calle”.

Ayer, más de un millar de opositores caminaron hasta la principal autopista de Caracas como protesta contra la solicitud de antejuicio de mérito contra la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) admitió el pasado 20 de junio.

El vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, acusó el viernes a Ortega de dirigir un golpe de Estado contra el Gobierno de Maduro. “Así lo denunciamos ante el mundo entero”, dijo al canal estatal VTV.