Vehiculos, peatones y la ATM
las sociedades crecen en lo económico y en otras variables tales como población, vivienda, vehículos, etc. Desde que se inició la era petrolera en el Ecuador, en 1972, hasta el presente, su economía ha crecido y ha ido cambiando la faz del país. Especialmente la de sus ciudades, tanto de las grandes, como de las medianas y pequeñas. Todas han sido afectadas por lo que se denomina urbanización acelerada. Pero junto a ello también se ha dado, como efecto del crecimiento económico, un incremento notable del número de vehículos.
En el Ecuador prepetrolero la circulación de peatones no se veía impedida ni era tan obstaculizada por la de los vehículos, como ahora. Todavía la población podía moverse con libertad por las principales ciudades. El petróleo cambió esto. La importación creciente y acelerada de autos incrementó el parque automotor, lo cual trajo un nuevo problema: las calles y avenidas dejaron de tener el espacio suficiente para que los vehículos rueden sin ser obstáculos al deambular de los transeúntes.
Hoy el país experimenta en sus grandes ciudades -Guayaquil, Quito, Cuenca, etc.- continuos congestionamientos vehiculares. Y, obviamente, esto se constituye en impedimento y bloqueo para el transitar de los ciudadanos. Algunos gobiernos -central y locales- han creído que habría que garantizar la circulación de los peatones antes que la de vehículos.
El número de accidentes que han sufrido las personas, y la serie de dificultades y peligros que estas enfrentan en las diferentes calles y avenidas develan que es el ciudadano a quien se le debe garantizar la libre circulación. Por lo tanto hay que invertir la preocupación e interés que se le ha dado al flujo vehicular.
La ATM ha comprendido la importancia de este problema y se ha planteado poner en el centro al peatón, y en un espacio importante pero no privilegiado a la circulación vehicular. Esto es beneficioso para la ciudadanía.
En el país el número de vehículos en 2015 ya era de 2 millones 200 mil. En Guayaquil actualmente se registran 350.000. Estos índices evidencian lo difícil que resulta la circulación peatonal, debido a que las diferentes calles y avenidas de nuestras urbes en determinadas horas aparecen sumamente congestionadas.
La cívica ciudadana dice que las urbes son más para las personas que para los vehículos. Hay que tenerlo presente.