Temporal. El técnico Hiddink tiene poco por qué luchar en los meses que restan en la temporada.

Transicion o fin de ciclo

La eliminación del Chelsea en los octavos de la Champions certificó el año para el olvido del conjunto londinense, que ha pasado en unos meses de conquistar la Premier League a quedar sin apenas retos para los tres meses que restan en este curso.

La eliminación del Chelsea en los octavos de la Champions certificó el año para el olvido del conjunto londinense, que ha pasado en unos meses de conquistar la Premier League a quedar sin apenas retos para los tres meses que restan en este curso.

El Chelsea, décimo en la Premier, tiene casi imposible disputar la próxima edición de la Liga de Campeones, algo que no ocurre desde la temporada 2002-2003. Queda poco más que el recuerdo de la temporada en que el Chelsea se proclamó campeón de Europa en 2012. Muchos de los jugadores de entonces han abandonado la nave.

El sustituto del técnico interino Guus Hiddink, que podría ser el seleccionador italiano Antonio Conte, según los medios británicos, deberá levantar desde los cimientos un edificio semiderruido.

“El Chelsea ha entrado en una fase de transición, los jugadores deben ver cómo reencontrar el nivel al que están acostumbrados y recuperar el terreno perdido”, dijo el holandés.

El grupo está moralmente hundido tras 18 meses a las órdenes de Mourinho. Esto, pese a que las sufridas ante el París Saint Germain son las únicas derrotas en los 17 partidos disputados por el Chelsea desde que Hiddink tomó las riendas del equipo en sustitución del luso.

Los Blues tendrán el sábado la oportunidad de digerir el mal trago de su eliminación europea en los cuartos de final de la FA Cup, donde se enfrentan al Everton. Levantar ese trofeo no cambiaría la percepción de una decepcionante temporada, pero podría aminorar la intensidad de las medidas para enderezar el rumbo.

Esa es la única tabla de salvación para Hiddink, que tendrá la misión en los meses que le restan de levantar la moral de su tropa, acostumbrada a éxitos, pero que se codea con el fracaso.