Las conexiones clandestinas, como se conoce a estas tuberías que no están dentro de la red de alcantarillado, se pueden observar fácilmente al pie del estero.

Un tramo del estero, un gran drenaje al aire libre

El olor que sale del contaminado brazo de mar se mezcla con la de estiércol de los animales allí existentes.

El aire del sector está impregnado de lodo. Entre los vericuetos que hay que pasar para acceder a las riberas del estero Salado, en el tramo de La 19 y El Oro, el olor que sale del contaminado brazo de mar se mezcla con la de estiércol de los animales allí existentes -gallinas enjauladas, patos hasta una cabra que permanece atada-. De ese lugar también se emana el olor a inseguridad, a miedo, a droga.

Mientras un equipo de EXPRESO recorre el estrecho camino para verificar la existencia de tuberías clandestinas por donde salen aguas servidas hacia el estero, un escuálido sujeto prepara una porción de droga, está acuclillado, sin camisa, se le notan las costillas, se percata de los visitantes y se va.

Así es la rutina allí, dice Xavier Salgado, activista ambiental por la recuperación del estero Salado hace diez años, quien denuncia que en ese sitio especialmente la delincuencia encuentra su mejor escondite.

La versión es corroborada por Erick Reina, subteniente de Policía del distrito Portete, quien afirma que cuando hay denuncias de asaltos y persecuciones, los gendarmes solo alcanzan a llegar hasta las riberas, pues los delincuentes se lanzan al agua putrefacta y ahí nadie los sigue. “Ellos no tienen miedo de contaminación, de enfermarse. Se lanzan y escapan”, cuenta.

Por ello la lucha de Salgado para que las instituciones ejecuten la recuperación integral de este cuerpo de agua, algo que se ha conseguido a medias, con el estero Palanqueado, pero que “no sirve de mucho porque el agua circula”, apunta.

Esa circulación de agua acarrea residuos de todo tipo: plásticos, madera, chatarra, cuya descomposición atenta con la fauna que se alimenta de las especies existentes en ese sitio, continúa Salgado.

La propuesta de recuperación no solo implicaba la descontaminación del agua, sino la regeneración del sitio. En las riberas deberían existir parques lineales para evitar con ello la proliferación de la delincuencia, como se ha hecho en otros sectores, comenta un vecino del lugar.

Para Rosa Reyes, quien reside hace 48 años, ese trabajo también fue una promesa incumplida. Pues del anuncio de reubicación de viviendas solo queda el recuerdo de los censos que hicieron. “Porque han seguido construyendo más casas”, dice.

“Hace unos años vinieron, tomaron fotos hasta de los cuartos y me dijeron que me iban a reubicar. Les pregunté si me van a devolver todo lo invertido, porque yo pago impuestos, si incluso tenemos los servicios básicos”, manifiesta mientras señala la tapa de alcantarillado que dice Interagua.

La mujer advierte que las casas que están más hacia el estero tienen descargas directas de las aguas servidas.

Entidades responden

EXPRESO consultó a Interagua y al MAE sobre el estado de este tramo del Salado. El Departamento de Comunicación de Interagua realizó una inspección al sitio e informó que “efectivamente sobre las márgenes del estero, en este sector de La Chala, se presentan descargas directas de aguas servidas desde las viviendas que se han asentado sobre su margen (...)”; y ofrece una intervención en el lugar en un plazo posterior, sin especificar fechas. Hasta el cierre de esta edición, el MAE no ofreció respuesta alguna.