Totalitarismo del Estado

El análisis mediático y dogmático que se hace de la situación mundial, olvida hechos y vivencias de la humanidad a lo largo de su historia. El gobierno anterior pregonaba que había recuperado el rol del Estado de dirigir, controlar, regular y decidir lo que debían pensar, hacer, o no hacer los ecuatorianos, escondiendo que el Estado como medio de organización de un país, sustituye a organizaciones primitivas y tribales para posibilitar la integración social, la solución de los problemas colectivos y armonizar las relaciones interpersonales en una convivencia pacífica y civilizada.

Hay quienes creen por conveniencia en una tesis opuesta a la razón de ser del Estado, como un ente al servicio de una clase social o política dominante, utilizable en su beneficio. En ese criterio se escudan aquellos que no creen en una democracia que tiene como soporte fundamental una normativa jurídica, general e impersonal, reguladora de actividades de gobernantes y gobernados. Un régimen democrático es obviamente incómodo a quienes buscan apoderarse de los recursos públicos, favoreciendo la corrupción, el abuso, el terror.

Con esa tesis de apoderarse de recursos e instituciones del Estado, surgen gobiernos como el de Venezuela, que comparte con similar despotismo la frase del rey francés Luis XIV: “El Estado soy yo”. Al gobierno chavista que disfruta de todas las canonjías y placeres, no le importa la falta de medicinas, alimentos, atropello a derechos en que vive la población venezolana, que no tiene otra opción que refugiarse en la rabia, en la impotencia, en protestas callejeras, en emigrar, en lágrimas, al observar a su patria escarnecida por la miseria humana de quienes la destruyen.

Todo parece indicar que la solución por elecciones libres con veeduría internacional no saldrá de los venezolanos. Las grandes potencias: Estados Unidos, Rusia, China, serán los árbitros según sus intereses crediticios, petroleros o mineros. El falso discurso antiimperialista del chavismo deja como mensaje que América Latina es incapaz de solucionar sus problemas y requiere tutoría extranjera.