Terrorismo de exportacion

Los acontecimientos ocurridos ante las medidas económicas tomadas por el Gobierno nos mostraron con claridad que las revueltas callejeras no vinieron exclusivamente de los grupos sociales afectados. Buena parte de la anarquía provino de grupos irregulares, preparados para sembrar el caos y terror.

Los actos criminales, saqueos y destrucción de instalaciones públicas y privadas, así como la estrategia de avanzada, daban cuenta que provenían de gente especializada en actividades subversivas. Los ataques criminales que sufrimos los ecuatorianos tienen todas las características de los perpetrados por terroristas, cuyo objetivo es el infringir miedo y terror a sus víctimas.

Sabemos las conexiones cercanas que tenía el gobierno anterior con grupos insurgentes y sectores reñidos con la ley, sin dejar de lado la amplia incidencia que tenían los miembros de regímenes dictatoriales dentro de la cúpula estatal de la época. Pareciera que los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua han emprendido una campaña para producir terrorismo de exportación y enviarlo a través de las fronteras, como civiles disfrazados de víctimas, para infiltrarse en los países donde sus huestes han perdido hegemonía. No es coincidencia la agresividad y similitud de las protestas, que han comenzado a afectar a varios países del Cono Sur. No debe extrañarnos la celebración del régimen venezolano, ante los hechos deplorables ocurridos en nuestro país; se sienten gozosos de la destrucción perpetrada por esa suerte de fuerzas paramilitares que nos atacaron.

Debemos estar alerta ante la presencia de elementos que tengan como objetivo la desestabilización social y política, para entrar a pescar a río revuelto y alzarse nuevamente con el poder constituido. El gobierno debe iniciar un proceso de investigación y persecución implacable contra todos los responsables de los hechos que flagelaron la República, vengan de donde vengan, incluidos los dirigentes que fungen de líderes sociales, cuando en realidad viven llenos de riquezas y a costillas de las clases populares que dicen representar.