Su teléfono empezó a sonar y lo escuchó a pesar de la música a alto volumen y el ruido que había en el baile callejero al que había acudido, pero no contestó en ese lugar porque antes habría querido alejarse de la bulla.

Por eso, Ray Javier Ramírez Ordóñez, de 23 años, caminó algunos metros para responder a la llamada. Sin embargo, un grupo de delincuentes habría estado al acecho y lo interceptó para despojarlo de su billetera y su teléfono celular, pero él puso resistencia y los asaltantes usaron sus armas.

En consecuencia, el joven falleció y se convirtió en la primera de seis víctimas que dejaron cuatro hechos violentos acontecidos durante las primeras horas de la Navidad, en el noroeste y sur de Guayaquil.

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Ramírez Ordóñez fue baleado en el sector conocido como Los Esteros Populares, frente a Fertisa, en el sur porteño, pero no fue el único afectado en ese hecho, porque su pariente, Kléber Alan Ramírez Vivas, de 18 años, y un niño, de 9 años, también resultaron heridos.

Ellos fueron llevados de urgencia a diferentes hospitales. En el sitio del suceso, por la mañana, los moradores comentaron que el hecho fue confuso y no tenían claro lo que realmente sucedió.

En cambio, una prima del fallecido, María Belén Intriago, reiteró que se trató de un robo en el que su pariente resultó afectado al oponerse. Además, recordó que él vivía en la Isla Trinitaria y que había ido a ese lugar junto a un grupo de amigos.

“Deja un niño de dos años. Él era pintor. Y anoche, cuando se iba para el baile, se regresó a casa desde un semáforo para tomarse una foto con la mujer. Sin saberlo, esa era su despedida”, lamentó la allegada.

El crimen de Ramírez ocurrió cerca de las 03:00. Una hora después, en la segunda etapa de la cooperativa Sergio Toral, del noroeste porteño, Jonathan Ricardo Baque Chóez, de 27 años, fue hallado muerto.

Según información otorgada por la Policía, la víctima habría estado en una reunión familiar y supuestamente salió a buscar una tienda donde comprar licor, pero no regresó y sus familiares empezaron a buscarlo.

Fue así que lo hallaron en un sitio cercano, sin signos vitales y con manchas de sangre. En la necropsia se establecería qué ocasionó la muerte del hombre.

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De ahí, el tercer fallecido de la madrugada fue un adolescente, de 17 años, quien fue baleado por un vecino, tras una riña, en la cooperativa Lomas de la Florida, en el noroeste, cerca de la vía Perimetral.

La víctima fue llevada al hospital Universitario, donde los galenos confirmaron su deceso.

Finalmente, el último hecho violento de la amanecida fue cerca de las 06:00, nuevamente en el sur. Esta vez, en la cooperativa Pablo Neruda, del Guasmo, donde Douglas Mauricio Díaz Escobar, de 30 años, sobrevivió a los tiros que le dieron en el abdomen.

En este caso se identificó al sospechoso como Flixon.