La película nacional, que ya se encuentra en cartelera, dispone al público la oportunidad de encontrarse con el misterio frente a frente.

El director y guionista español Miguel Garzón no se decide si lo atrae más la parte mística o la científica de la cueva. Pero sí que cree que hay algo más que aún no se puede explicar y que quedó plasmado en la película.

La curiosidad del ser humano no tiene límites y los misterios que trae consigo el interior de la tierra es uno de ellos. Este permaneció oculto ante nuestro entendimiento hasta hoy, que está en cines locales.

La Cueva de los Tayos es una de las incógnitas que tiene nuestro planeta, tanto del lado científico como del paranormal y se encuentra en nuestro país.

Ubicada en el cantón Limón Andanza de la provincia de Morona Santiago, la cual está atravesada por la Cordillera del Cóndor, estas cavernas se encuentran en territorio shuar.

En 1969 se dio a conocer la leyenda al mundo gracias al investigador húngaro Juan Moricz. Desde mucho tiempo atrás ya era visitada por buscadores de oro y por los shuaras que la consideran un lugar sagrado y parte de sus rituales de primavera, pero Moricz popularizó la existencia de este sistema intraterrestre.

Diez años después fue explorada por una misión científica encabezada por Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, junto a otros exploradores atraídos por la idea de que esta cueva era la morada de una civilización antigua y desconocida, o quizás hasta la presencia de seres extraterrestres.

Lo que encontraron se quedó para ellos.

En el 2012 se inició un nuevo capítulo de este misterio. Ahora del lado más cinematográfico. Es la versión documental que trae el cineasta Miguel Garzón que, con la productora Cámara Oscura, llevó a cabo la filmación de Tayos: Un mundo bajo tus pies.

La historia de esta cinta ecuatoriana lo “atrapó de inmediato”, comentó Garzón, quien explicó que esta nació como una conversación para recoger ideas y poder hacer cine. “La productora Jimena Villarroel me lo comentó. Y me di cuenta de que tenía todo el potencial para filmar. Con mucha sustancia”.

Grabada con un presupuesto de $ 300 mil, su filmación fue de los retos más importantes de su carrera debido a las dificultades que tenía el lugar del rodaje. En específico la falta de luz, la profundidad y la humedad. Además del acceso a la cueva, cuya única entrada es por un descenso vertical de 70 metros.

Durante estos cinco años se grabó a varios expertos, como a personajes que vinieron en la expedición de 1979. “El documental tiene dos aristas que representan las dos formas de ver la cueva, una más científica y la otra más mística”, explicó.

Aunque la obra tiene posibilidades para crear un largometraje de ficción su director dijo que nunca lo consideró. “Era más importante para mí que la gente se quede con una idea del misterio. Que haga su verdad. Para ser sincero la realidad siempre supera a la ficción”.

Con la idea de este mundo misterioso bajo nuestros pies, la película de 86 minutos de duración es para Garzón “más espectacular que cualquier historia”.

Detalles

- Descender fue lo más complicado. Primero bajan las personas luego el equipo.

- La película se llevó a cabo gracias a los fondos de Ibermedia y CNCine.

- Es una coproducción española - ecuatoriana.

- Es un documental poco tradicional, gracias a las recreaciones que tiene en su narración.