Los taxis amarillos en Guayaquil

durante décadas hemos venido siendo objeto de maltratos y abusos en el servicio de taxi amarillo que en los primeros días de junio cerró las principales calles de la urbe, caotizando el tráfico para exigir se les incremente las tarifas.

¿Acaso los usuarios no hemos sufrido vejámenes por parte de los dueños y choferes por demostrar el desacuerdo en la tarifa que imponen? ¿Por qué no recorren los sectores populares de Guayaquil? Los irrespetuosos y violadores de forma flagrante de la ley de tránsito y transporte terrestre, son los que hoy exigen se reivindiquen sus “derechos”, cuando hemos sido testigos que no encienden el taxímetro.

Gelacio Mora Mora