Los personajes principales recrearon una de las escenas.

Tartufo, un clasico atemporal

“La virtud de los clásicos es que perduran a través del tiempo. Esta obra parece escrita ayer y estrenada recientemente”, aseveró el actor Pien Alarcón en una entrevista con EXPRESIONES.

“La virtud de los clásicos es que perduran a través del tiempo. Esta obra parece escrita ayer y estrenada recientemente”, aseveró el actor Poen Alarcón en una entrevista con EXPRESIONES.

Esta idea se liga estrechamente también con la justificación que dio el director, Luis Coronel, sobre el porqué decidió ponerla en escena en este tiempo. Para él, el ambiente cultural y teatral que vive Guayaquil está en ebullición por las distintas ofertas que se presentan y eso provoca que los consumidores se multipliquen. “Creí que era un momento oportuno para recordar, y hacer algo de gran producción, más elaborado y arriesgado”.

Considera que la responsabilidad de montar una obra tradicional como Tartufo, de Molière, se basa en tener la capacidad de hacer una relectura y reinterpretación del texto, pero respetando siempre lo planteado por el autor.

“Sigue teniendo vigencia porque a pesar que fue escrita en 1660, se relaciona con la sociedad actual llena de corrupción e hipocresía, en la que se debe decidir qué posición tomar frente a lo que nos rodea”, puntualizó Coronel.

La denomina un “clásico pop” porque ha logrado refrescarla y revitalizarla para que llame la atención de una audiencia más joven. Asimismo, el elenco de 20 artistas que estará sobre escenario es parte fundamental para que la comedia se vuelva exitosa. Habrá música en vivo que acompañará todo el tiempo a los actores.

Por el momento, en Guayaquil habrá una única función el 17 de agosto en el Teatro Centro de Arte y luego harán una gira nacional, con la que visitarán ciudades como Quito y Cuenca.

Poen Alarcón da vida a Orgón

-Cuenta que interpretarlo es casi la esencia del teatro, las dos carátulas. “Me gusta lo difícil que es. Lo vemos permanentemente el día de hoy, son los personajes que hacen ostentación de poder y son perfectamente manipulados por entes más oscuros que no se los ve. Nunca hizo fortuna por sí mismo, nació rico y nunca pudo generar ninguna cosa. Parece poderoso, pero es tremendamente frágil”, resalta.

-También dijo que hacer algo de Molière es el sueño de todo actor, al igual que del inglés Shakespeare o del español Cervantes.

Andrea Castañedas caracteriza a Mariana, la chica más joven de la familia, a quien quieren casar con Tartufo sin importar lo que ella quiere de verdad.

- La oportunidad para esta debutante actriz se dio porque ella también forma parte de la producción de la puesta en escena y fue ahí que surgió la propuesta. Califica el reto como algo de “ligas mayores”, pues para ella trabajar con Lucho y Poen era impensable.

- Reconoce que no sabía mucho sobre las costumbres y tradiciones de la época, sin embargo, sí sobre la historia de Tartufo. Para ella lo complicado más allá de la actuación, ha sido la vestimenta.

- “Estoy muy emocionada, nerviosa, pero más que nada ansiosa porque llegue el día”, finalizó.

La actriz Adriana Manzo se pone en la piel de Elmira

- Por todos los proyectos que tiene en puerta, está viviendo en Guayaquil, pero no espera el momento de poder regresar a Quito.

- Afirma que la construcción de los personajes de la obra es dictaminada por la escritura del mismo Molière. “Da los matices. Uno tiene que agarrarle el sentido de lo que dice y adaptarlo”.

- Para ella, su Elmira es una mujer impredecible.

Diego Chiang interpreta a Damis, hijo de Orgón y Elmira

- En una sola palabra describe a su personaje como el más “humano”, pues en comparación con los demás es el más auténtico y real, hecho que para él se refleja a primera vista en el vestuario que usa, que es todo blanco.

- El trasladarse a la época ha sido el mayor reto dentro de este proyecto. Confiesa que lo que más conocía de estos años es la música, y que se fue enriqueciendo a través de los demás actores. “Ensayo tras ensayo vas entendiendo cómo se desenvuelve el grupo y eso es importante porque así todos como conjunto podemos representar lo que se pide. Hasta el momento ha sido a la perfección”.

Tartufo, el personaje principal, es interpretado por Lucho Mueckay.

- Considera que llevar a las tablas este clásico es una responsabilidad, más que nada porque “la gente anda en otro estilo de apreciación del arte escénico y anda un poco más por lo ligero y lo corto”.

- Revela que para ponerse en los zapatos del protagonista, revisó el teatro de esa época, el comportamiento, las etiquetas y los protocolos de las personas, sobre todo de los que tenían títulos de nobleza.

- Además, algo primordial para él fue ahondar en los vicios que son muy redundantes en Tartufo, como la hipocresía, la mentira y el interés.