Premiación. Serena Williams, número uno del mundo, muestra su felicidad tras recibir la bandeja de plata, ayer  en Wimbledon.

Serena Williams vuelve a reinar

Cerca de cumplir 35 años, la estadounidense aún tiene tiempo para convertirse en la mejor jugadora de todos los tiempos. Serena Williams conquistó ayer su séptimo título en Wimbledon, su 22º Grand Slam.

Cerca de cumplir 35 años, la estadounidense aún tiene tiempo para convertirse en la mejor jugadora de todos los tiempos. Serena Williams conquistó ayer su séptimo título en Wimbledon, su 22º Grand Slam, tras superar en la final a la alemana Angelique Kerber, por 7-5, 6-3.

La número uno del mundo, derrotada en enero por Kerber en la final del Abierto de Australia, igualó la marca de Steffi Graf, que ostentaba en solitario el récord de trofeos en torneos Grand Slam, desde que se instauró el profesionalismo en el tenis (1968).

Ahora Serena va por la marca de la australiana Margaret Court-Smith, que es la máxima triunfadora histórica: ganó 24 trofeos entre 1960 y 1973.

Desde la final de Wimbledon en 2015, Roberta Vinci, la propia Kerber y Garbiñe Muguruza habían vetado a la norteamericana ese vigésimo segundo título de Slam. Ayer cambió la historia y la menor de las Williams alzó la bandeja de plata Venus Rosewater Dish, el trofeo de la campeona de Wimbledon.

“Tenía muchas cosas en la cabeza. Me quedé muy cerca en un par de ocasiones, casi rozando los títulos, pero sin llegar a tocarlos. Pasé varias noches sin dormir”, aseguró la experimentada tenista en la abarrotada sala de prensa del All England Tennis Club, después de la final.

Contó que su objetivo es ganar un título de Grand Slam al año y que sintió esa presión.

“Fue una gran final y ganar el título es un alivio”, finalizó Serena Williams.