Sencillo, pero ¡cuidado!

Sencillo, pero cuidado

Usted es responsable del bienestar del bebé, por eso le guiaremos para hacerlo mejor. Hay acciones sencillas que no sabemos cómo ejecutar, tratándose de un ser tan delicado y frágil, sobre todo si nos estamos estrenando como padres. Ahora trataremos acerca del cuidado del cabello del bebé, la higiene de ojos, nariz y oídos, y sobre los beneficios que traen las cosquillas al desarrollo neurológico de la criatura.

Cortar el cabello

Se hace por estética. En los primeros meses suele caerse una parte y mu-chos quedan casi calvos. Hacia los seis meses crece el pelo definitivo. Cortarlo no lo hará salir más fuerte. Hágalo si considera que el bebé esta-rá mejor con pelo corto. Use tijeras punta redonda (no cuchilla ni cor-tapelo) y tenga al bebé tranquilo.

La costra láctea

Les sale a los lactantes, de ahí su nombre. Es una dermatitis seborreica que no produce síntomas. Se retira si se quiere (a menos que haya infección). Para hacerlo, ponga aceite de oliva, de almendras o de bebé en la cabeza por un rato y masajee. El aceite ablanda las costras, en media hora, saltan al bañarle y pasarle una esponja por la cabeza. Se hace despacio, con cariño y sin esperar que caiga todo en un día (caen unas pocas cada vez que se hace).

Ojos, orejas y nariz

Con ojos, orejas y nariz nada hay que hacer, pero si ve legaña, habitual al principio, humedezca una gasa en suero fisiológico y pásela de dentro hacia afuera, una pasada por gasa. Si hay cera en las orejas, solo limpie la exterior que ve y hágalo con el dedo. Si tiene moco y no respira bien, use suero fisiológico; échelo gota a gota, por las fosas nasales, así se irá diluyendo y saldrá más fácil por la nariz o bien se lo tragará.

¿Cosquillas sí o no?

Las cosquillas son un antídoto contra el mal genio, terquedad, tristeza y estrés, según la edad del niño. Benefician al organismo. Rodrigo Riaño, máster español en Neurociencias, dice que neurológicamente el cerebro del bebé desde que nace está preparado para detectar las cosquillas, que son un estímulo táctil. En los prime-ros meses de vida y hasta los tres años, ayudan a madu-rar las vías nerviosas sensitivas, que informan al cere-bro de estímulos como un pinchazo, calor, frío y otros.