El sector privado cree que la crisis no ha tocado piso

Las cifras solo confirman lo que el sector privado lleva meses anunciando: a las empresas les va mal. Casi un 16 % más de las compañías declaró pérdidas el año pasado.

Las cifras solo confirman lo que el sector privado lleva meses anunciando: a las empresas les va mal. Casi un 16 % más de las compañías declaró pérdidas el año pasado, según publicó ayer EXPRESO en base a las cifras de la Superintendencia de Compañías. Pero esto no sorprende a los empresarios.

Las encuestas realizadas en el ámbito productivo ya auguraban un mal desempeño el año pasado y, como dice Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, los malos resultados seguirán este 2016. “La crisis no ha tocado piso”, dijo literalmente a EXPRESO. Su vaticinio se basa en las respuestas recabadas durante el primer trimestre del año en la que un 84 % de los empresarios reconocía una reducción de sus ventas y un 93 % de las compañías decía que le iba muy mal, mal o regular.

“Muy pocas empresas pueden reducir un 20 % sus ventas y no dar pérdidas, si es que no las tenían ya”, apunta Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, recordando que la recaudación por IVA ha caído ese porcentaje y eso equivale a una merma en el consumo y en las ventas.

Aunque la Superintendencia reconoció el aumento de las empresas que entraron en causal de disolución por pérdidas en 2015, también precisó que de ellas, el porcentaje que cierra es mucho menor. Como muestra, en 2014 dieron pérdidas 4.100 empresas y cerraron 815 porque no consiguieron inyectar capital, conseguir préstamos o, en definitiva, corregir su situación. En 2015, fueron las que 4.800 terminaron el año con números rojos.

“Ojalá no tenga que cerrar ninguna, porque abrir una empresa cuesta mucho y porque se pierden empleos”, añade el representante de la Industria.

La estrategia para enderezarse también será dolorosa para el trabajo, ya que, según Aspiazu, las empresas deben aumentar las ventas y reducir costos. Y eso incluye recortar la plantilla.

Si el Estado bajara los impuestos, eliminara las salvaguardias y se abriese a nuevos mercados, el ajuste no sería tan brusco, de acuerdo con la receta de Juan Carlos Díaz Granados, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil. El representante de los comerciantes también recuerda que el 90 % de las empresas son familiares y mejorarían su situación si el Gobierno flexibilizase sus reformas y si, además, fuese más eficiente en la inversión pública a proyectos productivos.