Tirso Martínez-Sánchez se sienta con un intérprete de la corte mientras testifica durante el juicio del acusado narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York.

Sale a la luz la conexion del Chapo

Cifuentes, excapo colombiano, cuenta cómo se tejió la red de tráfico en el Ecuador en 2008.

En el 2008, el entonces capitán activo del Ejército, Telmo Castro, recibió 600.000 dólares por las seis toneladas de droga que transportó desde la frontera con Colombia hasta los puntos de embarque en Ecuador: puertos costeros y pistas clandestinas.

La revelación la hizo el miércoles el también exnarcotraficante Jorge Cifuentes, alias J, testigo protegido en el proceso judicial seguido en Estados Unidos contra Joaquínel Chapo’ Guzmán, líder del cartel de Sinaloa que fue extraditado a Estados Unidos en 2017.

El colombiano de 52 años, nacido en Medellín y detenido en el 2013, sacó así a relucir la conexión del cartel mexicano con Ecuador, a través de un modus operandi que involucró a miembros activos del Ejército liderados por Telmo Castro. El pago era 100 dólares por cada kilo de cocaína que transportaran.

Aunque Cifuentes habló del uso de vehículos militares en el traslado de la cocaína desde la frontera con Colombia hasta las caletas en Quito y Guayaquil, para evitar los controles en las carreteras, el Ejército aclaró ayer, a través de un comunicado, que la detención de Castro ocurrió en octubre de 2009, cuando estaba en servicio pasivo, y que no eran camiones de la institución sino unos que simulaban serlo por estar pintados del mismo color y tener los mismos logotipos.

Si bien es cierto que el operativo antinarcóticos Aniversario se ejecutó en octubre, con el que se asestó un duró golpe al narcotráfico, también es cierto que Telmo Castro tenía apenas tres meses de haber entrado en un proceso de disponibilidad que finalizó en enero del 2010.

Según los registros del Ejército, Castro era un experto en inteligencia militar que entre 2008 y 2009 integró el grupo centro-norte, que manejaba información reservada de los controles en las provincias de Esmeraldas y Carchi, fronterizas con Colombia, además de Pichincha e Imbabura.

Castro fue detenido junto al sargento Rodrigo Rigoberto Guamán Herrera en la población de Baeza, cuando transportaban 557 kilos de cocaína desde Lago Agrio (Sucumbíos) a Quito, en un camión que se descubrió después que no pertenecía al Ejército.

En su testimonio, Castro contó que trabajaba bajo las órdenes del capo colombiano Ramón Quintero Sanclemente, del cartel del Norte del Valle, quien fue detenido al año siguiente en Quito, en una operación de la Policía ecuatoriana que recibió el apoyo del Departamento Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés).

Fuentes policiales contaron a este Diario que Castro, quien pasó casi dos años en una cárcel de Tena, continuó desde allí sus actividades delictivas y mantuvo nexos con la banda criminal colombiana Los Rastrojos, que estaba al servicio del cartel del Norte del Valle.

Según el excapo Cifuentes, además de la ruta marítima para llevar la droga de Ecuador a México (ver gráfico), el cartel de Sinaloa tenía el área de las avionetas que aterrizaban en pistas clandestinas.

En un operativo policial ejecutado en 2013 se detuvo a Castro por el tráfico de 300 kilos de droga en una avioneta que, entonces se dijo que tenía relación con la aeronave que meses antes se había caído en Pedernales, Manabí, con un cargamento de dólares y la Flinghtder, de placas HC-AMB, hallada en enero de ese mismo año en una hacienda de Vinces.

En su testimonio, Cifuentes contó que el Chapo tenía una flotilla de cinco avionetas para transportar la droga desde Ecuador a México. Estas, según su testimonio, fueron reemplazadas después por otras más modernas y hasta desechables.

Aunque la idea no llegó a concretar, el Chapo también intentó traficar drogas a través de barcos propiedad del gobierno mexicano, desde un puerto en Ecuador hasta el de Lázaro Cárdenas, en Michoacán.

Fuerzas Armadas

Los casos que más preocupan

Los casos de tráfico de drogas, en los que están involucrados miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía, en servicio pasivo y activo, han ido en aumento en los últimos diez años.

El caso de Telmo Castro fue uno de los primeros, pero después de este se han registrado otros, entre ellos, el que un coronel de la Policía lideraba un grupo de tráfico en Esmeraldas; que una guardacostas protegiera un cargamento en El Oro y que se hallara una tonelada de cocaína en la base aérea de Manta.

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