Celebración. José Ayoví, ofensivo de Barcelona, festejó el tanto del desequilibrio en el estadio Christian Benítez.

En ruta a otra copa

El Ídolo saltó con un equipo alternante ante el Equipo de la Ciudad, algo entendible después del trajín del eterno viaje a Porto Alegre y pensando en el Clásico del miércoles.

Para Barcelona era vital volver la mirada al torneo nacional con una victoria tras la eliminación copera y así lo hizo frente a Guayaquil City. Tal vez, los dirigidos por Guillermo Almada no tuvieron el brillo de anteriores jornadas, pero con lo hecho les bastó para acortar las distancias con el Macará, su rival directo en la acumulada, por meterse a la Copa Libertadores del 2018.

El Ídolo saltó con un equipo alternante ante el Equipo de la Ciudad, algo entendible después del trajín del eterno viaje a Porto Alegre y pensando en el Clásico del miércoles.

Da la impresión que los canarios hicieron lo justo, y a veces hasta un poco menos, sobre todo cuando Anderson Naula asustó con el empate luego de que Félix Torres pusiera en ventaja a los amarillos con un preciso cabezazo.

La igualdad en la pizarra generaba dudas en la tienda canaria, no obstante a los pocos minutos de empezar la parte complementaria José Ayoví desequilibró el marcador con un soberbio ‘sombrerito’ que dejó sin opciones ante el guardameta Damián Frascarelli.

De ahí en más, Barcelona buscó asegurar el partido incluyendo a algunos estelaristas en la formación, uno de ellos Jonatan Álvez, quien reemplazó a un Ariel Nahuelpán que sigue sin encontrar gol.

Segunda victoria seguida en el campeonato para los toreros que le apuestan todo por disfrutar de nuevo las mieles coperas.