
Rosymar Gonzalez, entre la experiencia y la madurez
El nombre de Rosymar González ya tiene una trayectoria artística en Ecuador. Aunque no nació en el país, el trabajo actoral de la venezolana por casi una década en Guayaquil hizo que sea reconocida por su experticia al cambiar radicalmente de facetas e
El nombre de Rosymar González ya tiene una trayectoria artística en Ecuador. Aunque no nació en el país, el trabajo actoral de la venezolana por casi una década en Guayaquil hizo que sea reconocida por su experticia al cambiar radicalmente de facetas entre obra y obra. Actualmente vive en México y desde allí conversó con SEMANA para develar los momentos de su profesión más satisfactorios, caídas y nuevos sueños en los ámbitos que más ama: el teatro, la comunicación y la orfebrería.
Elocuencia innata
Para Rosy (como la llaman con cariño sus amigos y familiares), el arte siempre la ha acompañado. “Desde pequeñita fui muy elocuente y nunca tímida. Era una niña que siempre proponía en la escuela alguna obra, animaba los eventos y participaba en los concursos de pintura, escritura, poesía... en todo”, recuerda. Debido a que creció en un núcleo familiar muy tradicional y estricto, al principio tuvo que mantener su afinidad por el arte solo como un hobby. “Era como mi vida oculta, mi alter ego. Estudié Ingeniería en Sistemas, pero hacer teatro era regalarme la posibilidad de ser feliz mientras cumplía mi rol en la sociedad”.
A los 23, cuando culminó la universidad, hizo su primera obra profesionalmente y a los 25 ya contaba con una reconocida carrera en Venezuela al ganar premios locales como mejor actriz, haber participado en festivales y presentarse en el teatro Ateneo de Caracas, una de las salas de mayor importancia para un actor. Esto hizo que su familia cambie su percepción sobre esta actividad y desde entonces “son los más chochos de acompañarme en cada una de mis locuras”, recalca.
A la par de su trabajo sobre las tablas, Rosymar también decidió incursionar en la locución radial y la orfebrería, áreas que la apasionaban y en las que podía expandir su creatividad, ya no solo detrás de un personaje ficticio.
Llegada a Ecuador
Su carrera profesional tuvo un inesperado cambio al conocer, que debido al trabajo de su esposo (José), tenía que mudarse junto a su familia a Ecuador. “Empezar una nueva vida desde cero lo tomé como una oportunidad para desempeñar todas mis facetas, porque mi arma oculta fueron todos mis talentos artísticos”. Al llegar no paró y continuó con el teatro, locución radial y lanzó su propia línea de joyas.
“Soy una eterna enamorada y agradecida con el país por la forma en que me recibieron. Comencé a ir a castings porque sabía de mi talento y luego de hacer pasantías en una radio, decidí hacer mi propio programa. No espero que las oportunidades lleguen a mi vida, las busco”.
La actriz Marina Salvarezza fue la primera persona que le dio la oportunidad de hacer casting para una obra en el MAAC, y lo consiguió. Desde entonces, su carrera despuntó y siguió trabajando por nueve años en las áreas que la apasionan.
Nuevo país, nuevos proyectos
Desde hace un año, por amor y sin dudar, tomó nuevamente otro rumbo. Se mudó a México porque su esposo otra vez fue trasladado por razones laborales. Y sin perder tiempo, Rosymar ya incursionó en la producción teatral con ‘Puras cosas maravillosas’, monólogo interpretado por Roberto Manrique. Este es su primer proyecto en esta área y el camino para reinventarse profesionalmente.
¿Qué significa estar inmersa en la producción? “Esta nueva faceta me permite lograr que las cosas pasen como yo quiero, porque como actor uno no las controla. Tener la oportunidad de agarrar el proyecto por los cuernos y decir: Ok, esto es lo que creo que sería una producción exitosa, y hacerla realidad”. Aclara que no descarta la actuación y que aprovechará la primera oportunidad que se le presente.
Además continúa con su marca de joyas, con piezas imponentes que se pueden adaptar al mundo laboral y social, ideales para mujeres que disfrutan hacerse notar. La semana pasada realizó su primera producción de fotos con sus diseños en la casa de Frida Kahlo. Tiene claro que existe mucho talento dentro del rubro, pero no lo ve como una limitación porque “uno siempre puede encontrar espacio en donde desarrollarse. No compito con nadie, tengo mis propias fortalezas”.
Se siente plena y agradecida con la vida. Reconoce que su camino no fue sencillo y, por eso, “pasión, preparación y perseverancia” son los tres ingredientes fundamentales que recomienda a las nuevas generaciones de jóvenes que desean incursionar en el mundo artístico.
Nostalgia por Venezuela
Aunque su historia como migrante le ha demostrado que se ama el lugar al que se llega, cada día extraña vivir en su país natal. “Sé que no puedo regresar a mi casa porque la acabo de vender, pero buscaría un lugar en donde todas las mañanas, al abrir la ventana, pueda ver el cerro El Ávila, un paisaje majestuoso que Dios nos dio a los caraqueños”, dice con nostalgia.
Personal
-Es actriz, locutora, productora y diseñadora de joyas. Disfruta de escuchar música clásica a primera hora de la mañana, no le gustan los deportes y, como orgullosa venezolana, su plato favorito es la arepa. Su libro preferido es ‘El poder está dentro de ti’, de Louise Hay. La inspira Carolina Herrera y, aunque le gusta verse bien, no se considera una ‘víctima de la moda’.
Fotos cortesía. (Fotógrafo Edgar Tescums. Maquillaje Fernanda Flores).