Perfiles. David Orbea y Gabriela Chérrez participarán en la Bienal. Sus obras previas se muestran a los costados.

Los rostros ‘guayacos’ de la Bienal

La muestra, fundada en 1988, es la principal exhibición de arte contemporáneo en el país. Este año se desarrollará del 23 de noviembre al 3 de febrero.

Entre un portafolio de más de una centena de artistas nacionales, tres guayaquileños fueron elegidos para participar en la Bienal de Cuenca, principal exponente del arte contemporáneo del país.

Gabriela Cherrez, David Orbea e Ilich Castillo (quien declinó ser entrevistado para esta nota), fueron seleccionados por los curadores de la muestra, que se inaugurará en noviembre y en la que participarán junto a otros 40 creadores internacionales.

Y aunque los detalles de los proyectos que elaborarán para la exposición se mantienen en reserva, los artistas coinciden en que la noticia fue recibida entre la sorpresa y el orgullo.

“Poder participar en la Bienal es un gran paso para cualquier artista, pero también es un reto porque estás creando para una exposición con estándares altos”, señaló Orbea.

El creador, cuyas piezas se centran en los patrones geométricos, señaló que apostará por una instalación donde convergen lo pictórico y lo social y que se realizará en las calles de la capital azuaya.

Para Cherrez, en cambio, la invitación llegó tras que el curador de la Bienal viera su exposición más reciente en el Museo Municipal de Guayaquil. Para ella, esta muestra era la primera que realizaba en algún tiempo y respondía a una clara necesidad: continuar creando.

“Sentía que tenía que producir, que si solo continuaba como docente de la Universidad de las Artes, quizás dejaba de ser artista”.

Esas piezas, ahondaban en la exploración autobiográfica, plasmando el ser mujer en Guayaquil, y su curaduría, a la par también involucró una perspectiva femenina. La temática investigativa será una que expandiría en la Bienal.

En lo que ambos artistas coinciden es que el ‘ser guayaco’ es también una característica que entra dentro de la creación y que, por lo general, enfrenta al artista ante la imposibilidad de crear.

“En Guayaquil te la juegas tú solo...Todo corre por tu cuenta. En otras ciudades hay fondos, por ejemplo, para las exposiciones, aquí hasta los clavos los pones tú. Sí, hay una tensión en la que te preguntas: ¿cómo me enfrento al mundo?”, explicó.

Para Orbea, quien dirige la galería Violenta junto a otros miembros del colectivo Los Chivox, la autogestión es vital para la supervivencia del artista en el Puerto Principal.

“Mientras en otras ciudades hay un apoyo estatal más delineado para los artistas, en Guayaquil lo que más se ve es el apoyo privado. Eso hace que la respuesta sea la autogestión, que es lo único que queda y sí te enfrentas a una manera de hacer las cosas y de proyectar lo que haces”, aseveró.