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Robos en masa

Feriado por fiestas de la ciudad. Tarde en la noche. Alrededores del Malecón. Parecería que la delincuencia está instaurando una nueva modalidad de acción: la de los robos en masa, pues ya no es la primera ocasión en que el público que sale a celebrar a Guayaquil se ve sorprendido por una situación de riesgo en momentos de concentración multitudinaria.

A pesar de que la policía ha recalcado que se trata de un hecho aislado, lo sucedido la noche del 8 de octubre hace recordar un confuso incidente ocurrido en las fiestas de julio, en el que también un grupo numeroso de personas alteró los festejos. El que sucediera casi a la misma hora, en una noche de feriado y en las inmediaciones del Malecón marca similitudes que llevan a pensar que podría estarse configurando un nuevo patrón de actuación delictiva. Esta teoría se refuerza si se considera que los delincuentes -más de un centenar- actuaron divididos en grupos de diez, y que se ubicaron en diferentes esquinas del sector, lo que haría presumir la existencia de una estrategia previamente planificada.

Antes de iniciarse el reciente feriado la policía anunció que un importante número de agentes controlarían el orden en los días festivos. Si bien el antecedente de julio permitió que las autoridades reaccionaran con rapidez, capturando a ocho de los delincuentes, el incidente se produjo, pese a la presencia de la fuerza pública.

Salir de paseo solos o en familia, disfrutar con tranquilidad, sin tener que estar alerta o a la defensiva, al menos en aquellos sitios que por ser considerados como emblemáticos de la ciudad concentran gran cantidad de visitantes locales y extranjeros, debería estar garantizado, más aún en fechas cívicas o días de descanso. Lo acontecido evidencia que las aglomeraciones propias de los festejos constituyen el marco ideal para que estas bandas operen, por ello, en las próximas celebraciones no debería repetirse esta noticia.

Según nuestra Constitución el Estado tiene como uno de sus deberes primordiales garantizar la seguridad integral de sus habitantes. Es por lo tanto un derecho ciudadano el poder desenvolverse libremente y de manera segura dentro de la ciudad y en todo el territorio nacional. Guayaquil acaba de celebrar 198 años de haber conquistado la libertad. Que sus habitantes no la vean coartada por la delincuencia, resulta prioritario e imperativo.