Plenario. Gabriela Rivadeneira, titular de la Asamblea, y Raúl Abad, de AP.

Rivadeneira se despide de la Asamblea bailando

La música sonó al final de la rendición de cuentas de Gabriela Rivadeneira, titular de la Asamblea Nacional. Su colega de bancada, Raúl Abad, la invitó a bailar en el salón principal del Legislativo.

La música sonó al final de la rendición de cuentas de Gabriela Rivadeneira, titular de la Asamblea Nacional. Su colega de bancada, Raúl Abad, la invitó a bailar en el salón principal del Legislativo.

Así se despidió Rivadeneira de la segunda Función del Estado que dirigió entre 2013 y 2017. En el hemiciclo estuvieron representantes de organizaciones sociales afines al Gobierno, oficialistas y tres legisladores de oposición.

Los asistentes acompañaron con las palmas el baile de los oficialistas y, uno que otro, hasta se paró para moverse al ritmo de canción.

En su discurso, la presidenta saliente pintó todas las bondades de su administración y habló de avances y modernización. Contó que se aprobaron más 65 leyes y que cumplieron más del 95 % de la agenda.

Mencionó las normas que, ella cree son las más importantes, como el Código Integral Penal, las leyes de Aguas, de creación de cuatro universidades o de Justicia Laboral.

Y destacó la condecoración a Cristina Fernández, expresidenta de Argentina, quien ahora está acusada de supuesta corrupción en su país.

Pero, quizá, lo más llamativo fue su concepto ‘new age’ sobre la fiscalización. El oficialismo impuso un sistema de envío de solicitudes de información para instituciones y funcionarios, a través de la presidencia de la Asamblea. “Desterramos el show mediático, hoy la fiscalización es un proceso ordenado, integral y transparente”, dijo. En su gestión no se llevó a nadie al ‘banquillo de los acusados’, pese a los pedidos de la oposición.