Los riesgos de salud

Los riesgos de salud

Quienes no reciben el agua embotellada de las donaciones o no les resulta suficiente, acuden muchas veces a la que encuentran a la mano, así sea estancada, y eso resulta peligroso para su salud. Esta situación puede provocar problemas gastrointestinale

Las réplicas alteran. El terremoto nos arrebató la tranquilidad y están quienes no duermen atemorizados, mientras hay otros a los que su nivel de presión arterial no se les estabiliza o los que tienen severos dolores de cabeza y episodios constantes de estrés. Superar el trauma psicológico puede tomarles a muchos hasta dos años.

Pero se teme que ese no sea todo el drama de salud que se deba enfrentar. Los organismos internacionales y médicos locales piden tomar medidas para frenar un efecto esperado en este tipo de catástrofes: la proliferación de enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) lanzaron su alerta. Es necesario prevenir cualquier epidemia en las zonas afectadas por el terremoto. “Además de los heridos, no nos podemos olvidar de que Ecuador había alertado de casos de zika, dengue y chikunguña”, dijo el portavoz de la OMS en Ginebra, Tarik Jasarevic.

Y aunque no suele ser muy frecuente que los brotes de este tipo aumenten por un terremoto, aquí hay circunstancias que pueden complicar el panorama, como el agua estancada y las deficiencias sanitarias de los refugios.

Se teme, según los consultados por EXPRESO, que en la zona del desastre se desaten estos males y que se propaguen a otras ciudades. Por ahora hay ciertas patologías que empiezan a manifestarse.

El doctor Mario Paredes, con maestrías en Epidemiología y Medicina Tropical, se refiere también a otros riesgos como enfermedades gastroeintestinales, por las condiciones en las que se ingieren en estas zonas los alimentos.

¿De qué dependerá la propagación de las enfermedades? De las medidas que empiecen a tomarse en los diversos casos, como, por ejemplo, de la fumigación en zonas de desastre y en los sitios a los que son enviados los rescatados. También de la necesidad de aplicar vacunas contra la influenza.

Es una situación en la que se pueden presentar además cuadros de insolación y de deshidratación. Y los más afectados serán los niños y las personas de la tercera edad, porque en el primer caso recién se desarrollan sus defensas y, en el segundo, decaen.

Unicef, que ha desplazado a sus equipos a la zona del desastre, pide proteger la salud de los infantes. Esta organización estima que, al menos, unos 150.000 menores fueron afectados por el sismo.

Iván Verduga es un pediatra con 34 años de experiencia, que estuvo en México en el terremoto de septiembre de 1985 (8,1 grados en la escala de Richter), colaborando con las ideas para enfrentar el desastre. Recuerda que hay factores ambientales que inciden.

Por eso dice que lo importante en este momento es la presencia de los médicos epidemiólogos, como lo dictan las normas de la Medicina del Desastre. Así se regularán y harán cercos en los lugares más sensibles del desastre.

El Ministerio de Salud informó que las unidades móviles que están en el lugar del desastre trabajan en el control. “Nos preocupa la propagación de la leptospirosis, una epidemia común en estos eventos naturales. Hasta ahora no se han registrado brotes, pero estaremos pendientes”, dijo la ministra Margarita Guevara.

Y se descartó que se puedan desatar enfermedades debido al número de cadáveres.