“Somos el primer equipo clasificado a octavos de final en un grupo difícil, eso es fruto del trabajo de todos”.

Richard Calderon: “Lo que se hizo en Brasil quedara para la historia”

El volante torero abrió las puertas de su casa a EXPRESO, donde vive con su pequeño Alessandro, de 3 años, junto a su esposa, María José Espinosa. Juntos disfrutan de esta nueva vida.

En 2014, tras una mala temporada en Liga de Cuenca, llegó el golpe más duro que le dio el fútbol. Richard Calderón, quien apenas cumplía 20 años, tenía que buscar respaldo económico con sus papás, sin contrato deportivo y un bebé recién nacido. Hoy, en cambio, el jugador goza en Barcelona al conquistar el cetro nacional el año pasado, y hace apenas unos días sorprendió al continente ganando en Brasil. El volante torero abrió las puertas de su casa a EXPRESO, donde vive con su pequeño Alessandro, de 3 años, junto a su esposa, María José Espinosa. Juntos disfrutan de esta nueva vida.

- ¿Asimiló lo que sucedió en Brasil hace una semana?

- Es un sueño que tenía desde pequeño. Siempre quise llegar a ser futbolista, y luego conseguir logros. Lo que se hizo en Brasil quedará para la historia del club y la nuestra, son cosas lindas que te pasan. Y hay que disfrutarlas, pero seguir trabajando por más.

- ¿Siempre confió en poder llegar a ser profesional?

- Era pequeño y soñaba salir en la televisión como jugador. Siempre me imaginaba eso, pero no sabía si iba a llegar o no. Quería estar con los estadios llenos, y ahora mira cómo se me cumplió. Juego en Barcelona, en el Monumental, que siempre está lleno.

- ¿Cómo fueron sus inicios en Caribe Jr.?

- El presidente es mi padrino, Alfredo Orellana, y desde allá pasé a la selección de Sucumbíos. Recuerdo que se disputaban los juegos nacionales y jugar ahí era como estar en la Copa Libertadores. Ese era mi sueño, pero nunca lo disfruté porque me fui a Liga de Quito.

- Ahí comenzó su paso por equipos ganadores.

- Ha sido una bendición el poder estar en equipos ganadores. Cuando estaba en Liga, lo ganó todo, y luego en Deportivo Quito. Dios te pone en el momento justo e indicado, porque todo esto sirvió para llegar a Barcelona, que es una locura en grandeza.

- Pero hubo un momento duro en 2014. Tuvo que dejar el fútbol durante un año. ¿Qué pasó?

- No había oportunidad de jugar y como nació mi bebé tenía que tener dinero. Mis padres poseen una gabarra y me tocó ir a trabajar allá los fines de semana. Hacía de todo, desde cobrar hasta bajar la cadena.

- Era un ‘cinco’ en la gabarra. ¿Tenía que tener precisión a la hora de actuar?

- (Risas) Es verdad, cuando estás bajando la cadena no puedes fallar. Mis padres (Carmen Llori y Rodrigo Calderón) me dieron trabajo en el 2014. Toqué muchas puertas, me fui a probar en varios equipos, pero Dios me tenía guardado Barcelona para el 2016.

- Pasó por Deportivo Quito y ahí le llegó la gran oportunidad.

- Le contaba a mi esposa, Majo Espinoza, que esto es un sueño. Por ejemplo, te das cuenta de que el estadio de Brasil estaba lleno, que Barcelona gana... Y yo estoy ahí. Son las cositas lindas que Dios te da.

- ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando llegó a firmar por el Ídolo?

- Estar en Barcelona es complicado, por todo lo que significa la institución, porque es grande. Estás en la mira de todos, hay jugadores de renombre y ganarse un puesto es duro. Pero el consejo de mis padres siempre ha estado presente: Nunca darme por vencido y ser perseverante.

- Da la sensación de que ha madurado mucho en estos dos últimos años.

- Sí, años atrás me dejaba llevar por el carácter. Me pasaron muchas cosas que me sirvieron para madurar y ver la vida de otra forma, y al final eso me ha servido de mucho. Ahora me gusta grabar los partidos para luego verlos y corregir las fallas. Tienes que entrar sin miedo a dar todo por Barcelona.

- Cuando se lesionó Matías Oyola ¿qué le dijo el técnico Guillermo Almada?

- Desde el año pasado, cuando ha faltado Matías, me ha tocado estar jugando. El profesor me dijo que me tocaba jugar, que a pesar de que no tenía seguidillas de partidos confiaba en todo lo que podía dar.

- ¿Esa confianza del técnico es lo que hace que todos puedan jugar y rendir a gran nivel?

- Sí, y también que tenemos un equipazo en todas las líneas, por eso todos los que entran lo han hecho bien.

- ¿A pesar de esa confianza, se esperaba lo de Brasil?

- En realidad no, porque jamás soñé en ganar como lo hicimos. Salió todo en la cancha. Jugamos un gran partido.

- La hinchada comienza a soñar en grande. ¿Qué hay en la mente de Calderón?

- Mi corazón palpita a mil, estoy muy ilusionado. Todos estamos soñando en cosas grandes, porque queremos ser el equipo más ganador del Ecuador y también fuera del país.

Tradición familiar

El fútbol, de padre a hijo

El pequeño Alessandro es otro enamorado del fútbol. Comenzó su pasión desde que su papá estaba en Deportivo Quito. El bebé decía constantemente ‘Quito corazón’, pero ahora en cambio no quiere sacarse la camiseta de Barcelona. Richard le ha transmitido su amor por este deporte de la misma forma que su papá lo hizo con él: “En Lago Agrio todos dicen que mi padre fue un gran jugador. Era buena pelota, esto siempre me lo decían de pequeño”, confiesa. El volante canario es del barrio 24 de Julio, donde están sus amigos, con quienes forjó su amistad jugando en canchas con lodo.