Representacion provincial

Hasta al más recalcitrante defensor de la burocracia capitalina le está quedando claro que en Ecuador existen una ciudad y una provincia privilegiadas en cuanto a gozar de los recursos del Estado en forma exagerada e injustificable. Esta situación divide a los ecuatorianos y origina una fuerte reacción de quienes no tenemos otra aspiración y ambición que la de legar a hijos y nietos un Ecuador más justo, con gran espíritu solidario, en el cual todos nos sintamos ecuatorianos de corazón.

Es necesario eliminar por completo esta mezquina actitud de ciertos ecuatorianos que en conciliábulo con una burocracia regionalista se resiste a cambiar y cada día inventan nuevas formas de consolidar el centralismo y de defender sus privilegios con astucia, celo y egoísmo. Cambios en la estructura del Estado son imprescindibles. Debemos olvidar la fragmentación que se ha dado en el país con la creación de provincias. Ello ha dado origen a una distribución injusta de los escaños en la Asamblea. Si analizamos solo el número de asambleístas provinciales y distritales, las cifras nos revelan que la región Costa, la más poblada del país con el 49,4 % de la población, cuenta con 47 representantes que significan el 40,5 % de los 116 representantes. La región Sierra con el 44,8 % de la población, tiene 54 representantes, el 46,6 % de los 116 asambleístas. La región Oriental con el 5,5 % de la población ecuatoriana tiene 13 representantes que alcanzan el 11,2 % de los 116 y la región Insular con el 0,2 % de población del país tiene 2 asambleístas representando el 1,9 % de los escaños provinciales y distritales. Adicionalmente vemos que las regiones Sierra y Oriente juntas, con la mitad de la población del país, tienen desproporcionadamente 67 asambleístas provinciales vs. 47 de la región Costa, que tiene la otra mitad.

Es obvio que no existe justicia ni representación democrática en esta distribución y es algo que no debe continuar. Tenemos que encontrar un sistema que permita una representación lógica, justa y democrática para que la Asamblea se convierta en verdadera vocera de todos los ecuatorianos.