Se repetira la historia

La Asamblea debe hacer los cambios propuestos al Código de la Democracia para evitar que se repita lo sucedido en las elecciones seccionales de marzo: dispersión del voto por excesivo número de candidatos -que dio por resultado triunfadores elegidos por un bajo porcentaje de la población, condición que les resta representatividad-; inequitativa asignación de escaños debido a la aplicación del método D’Hont; control ineficiente del origen de los recursos para financiar las campañas electorales; escasa difusión y ningún debate de los programas de gobierno propuestos, de tal forma que los electores mal podían hacer una elección consciente de la mejor opción; la vigencia de un padrón electoral que no ha sido debidamente depurado y finalmente, la sombra de la posibilidad de algún apagón informático.

El tiempo se acorta cada vez más. Las reformas deben estar listas un año antes de que los ecuatorianos acudan a las urnas en 2021. Sin embargo, el proceso para aprobarlas no termina de arrancar y ya se cuestionan algunas de ellas, a pesar de que en las elecciones pasadas se evidenció que son impostergables e imprescindibles.

Los cálculos políticos no tienen cabida en la Asamblea si lo que realmente se busca es lograr unos comicios transparentes y legítimos.