Entorno. Las investigaciones determinaron que los habitantes de Santo Domingo veían como normal la prostitución prepago de adolescentes.

Las redes sociales se convierten en una herramienta para la prostitucion

La Internet, sin duda, ha sido uno de los mejores inventos que ha creado el hombre.

La Internet, sin duda, ha sido uno de los mejores inventos que ha creado el hombre. Ha permitido acortar distancias, facilitar el quehacer cotidiano, los negocios, etc. Pero, así como evoluciona ese mundo tecnológico, también lo hace la delincuencia.

Las redes sociales no solo se han convertido en una ‘necesidad básica’ para muchos, especialmente adolescentes y mujeres; también son la vitrina abierta de organizaciones criminales que aprovechan la ingenuidad y necesidad de ese grupo social.

En la última semana, agentes de la Unidad contra el Delito de Trata de Personas y Tráfico de Migrantes de la Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía, pusieron en marcha un Operativo denominado Ébano, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

La acción fue para rescatar a adolescentes de entre 14 y 17 años, de diferentes colegios que -desde el mes de febrero- habían caído en las garras de una organización de trata de personas que las condujo a la prostitución.

La Fiscalía logró determinar que las víctimas eran captadas por medio de una red social, en donde les ofrecían trabajo.

El Ministerio del Interior señala que la red delictiva les prometía amor, dinero fácil y promesas de una vida mejor.

Luego de lograr la confianza de las chicas, “las inducían a realizar trabajos sexuales bajo el sistema de prepago en moteles y domicilios” que eran alquilados por la organización.

Las investigaciones determinaron que la agrupación también utilizaba a otras menores de edad, inicialmente víctimas de la red, para el reclutamiento.

“Según los agentes, se creó una idiosincrasia por parte de los habitantes de la provincia de Santo Domingo de las Tsáchilas, viendo como algo normal el trabajo sexual de menores de edad en el sistema de prepago, convirtiendo a esta provincia en lugar propicio para el ‘turismo sexual’”, dice el ministerio.

La líder del grupo era una mujer que realizaba la captación junto con otras cinco personas que fueron detenidas en el Operativo Ébano, tras el allanamiento de siete inmuebles. Como resultado de la incursión, las autoridades lograron rescatar a 17 víctimas, tres de ellas menores de edad.

A decir del Interior, la investigación partió de denuncias de desapariciones de menores de edad. Algunas contaban cómo funcionaba la captación de adolescentes, lo que permitió a los agentes desatar el ovillo de la prostitución forzada en Santo Domingo de los Tsáchilas.

‘Mayra’ vivió de cerca esa historia. En 2015 fue inducida al lenocinio por un sujeto a quien conoció a través de las redes sociales.

Luego de ganarse su confianza, el hombre se hizo su amigo y después de ‘enamorarla’ la sacó de su hogar, cuenta el fiscal de Guayaquil, Wálter Romero, quien investigó el caso.

La joven de 19 años estuvo cautiva por cerca de tres meses, tiempo en que fue forzada a trabajar en la prostitución en cantones como Pedro Carbo y Milagro, en Guayas; y Cuenca, en Azuay.

El 10 de junio de ese año fue rescatada por la policía. Estaba dentro de un burdel de Pedro Carbo cuando su ‘amor’ la agredía físicamente. Un vendedor ambulante que se encontraba en el sitio se percató del hecho y llamó a la fuerza pública. Se diría que fue su ángel.

El pasado viernes, jueces del Séptimo Tribunal Penal del Guayas declararon al individuo culpable y lo sentenciaron a 13 años de cárcel, por el delito de prostitución forzada.