Reconstruir el tejido social

El sábado 16 de abril el país, el litoral y las provincias con mayor afectación por el terremoto de 7.8, sumaron un hecho más en la historia de catástrofes.

Han pasado 21 días, los daños y destrucciones ya tienen indicadores parciales. Sabemos que murieron 660 personas y que hay 4.605 heridas. Desaparecidas 23. Cayeron 6.998 edificios y casas; hay 22.754 albergados. Las pérdidas serían de 3.500 millones de dólares.

Desde ese día hasta el presente, la región litoral ha recuperado su memoria frente a los peligros. Ese evento sirvió para recordar que el perfil costanero está en medio del Cinturón del Fuego del Pacífico y de terrenos que tienen fallas geológicas; también para tener presente que la tierra en la que habita puede volver a temblar. En consecuencia recobrará la memoria de precaución, construcción antisísmica y respuesta adecuada ante estos hechos. Valorará la importancia de las prácticas de los simulacros, buscando tener una población preparada y con respuestas oportunas.

Coloquialmente se dice: “sabemos que la tierra en cualquier momento vuelve a temblar”. Pero ese momento que puede repetirse, tiene que encontrarnos bien preparados, con una conciencia social diferente. Con mayor responsabilidad en la construcción de edificios, casas y viviendas. Sobre todo con una adecuada visión de cuán importante es reconstruir el tejido social.

El país debe recordar que los terremotos no anuncian su llegada y los desastres vienen sin avisar. No se trata solo de vivir y habitar, sino de capacitarse y tener una mejor conciencia social de riesgo, de precaución, de prevención, de cuidado. Y sobre todo, de no olvido.

Reconstruir el tejido social significa tener una población preparada, organismos diestros y ágiles para las respuestas; una sociedad civil organizada y dinámica que actúa y que no se paraliza por el temor. Pero principalmente, organismos gubernamentales, seccionales y no gubernamentales que saben responder de inmediato.

Es que la reconstrucción del tejido social va más allá de la rehabilitación física, arquitectónica y habitacional. Tiene que ver con la psicología social, la cultura, la conciencia y la conducta social de los ciudadanos, organismos e instituciones. Además es una tarea que debe ser entendida como permanente y no como coyuntural.