Varias personas evacuando un barrio en Alepo (Siria) después de que las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asad retomaran su control ayer.

Rebeldes se rinden en la devastada Alepo

Dirigentes rebeldes dijeron que los combates cesaron y que los guerreros y civiles, atrapados en una pequeña porción de territorio en Alepo, dejarán la ciudad hacia zonas controladas por la oposición en el oeste.

La resistencia insurgente en la ciudad siria de Alepo concluyó ayer, tras años de combates y meses de un duro cerco y bombardeos que culminaron con el sangriento colapso de sus defensas, lo que obligó a los sublevados a aceptar una tregua para retirarse.

Dirigentes rebeldes dijeron que los combates cesaron y que los guerreros y civiles, atrapados en una pequeña porción de territorio en Alepo, dejarán la ciudad hacia zonas controladas por la oposición en el oeste.

Las noticias del acuerdo, confirmado por el enviado de Rusia ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, llegaron después de que el organismo hizo pública su profunda preocupación por reportes de que soldados sirios y combatientes iraquíes aliados ejecutaron de forma sumaria a 82 personas en distritos recapturados del este de Alepo, acusándolos de cometer una “masacre”.

Al aplastar la última resistencia allí, el presidente, Bashar al-Asad, y su coalición militar de tropas sirias, la Fuerza Aérea rusa y milicias respaldadas por Irán lograron su mayor victoria en el campo de batalla en lo que va del conflicto.

No obstante, aunque los rebeldes -que incluyen a grupos apoyados por Estados Unidos, Turquía y las monarquías del Golfo Pérsico, así como yihadistas sin respaldo de Occidente- sufran una devastadora derrota en Alepo, la guerra está lejos de terminar. “La destrucción de Alepo, una cifra de muertos tan aterradora, la masacre de hombres, mujeres y niños ... y estamos lejísimos del final de ese conflicto cruel”, declaró el alto comisionado para los DD. HH. de la ONU, Zeid Ra’ad al Hussein.