Circulación. En las horas pico aumenta el flujo de vehículos por la calle Primera. La situación se intensifica en temporada de clases.

Queja de urdesinos por el transito en dos calles

El tránsito. Solo por la av. Víctor Emilio Estrada circulan 116 mil carros. Parte de estos provienen del sur y viajan hacia el sector norte.

Encerrada en su casa, Lourdes Oyague de Rocca dice que se aísla de alguna manera de lo que sucede en la calle Primera de la ciudadela Urdesa. Sin embargo, cuando le toca salir por cualquier gestión, la realidad termina por impactarla.

“Los carros que cruzan por esta calle pasan acelerados. Una tiene temor de ir de una acera a la otra. Lo peor es que no hay ni un solo vigilante. Nunca se los ve”, dice esta habitante de la primera urbanización que se creó en el sector norte de Guayaquil y que lleva 50 años de residencia allí.

La necesidad de que se tome algún tipo de medida acerca de esta calle es una preocupación permanente por parte de la Asociación Cívica y Cultural de Urdesa (Accur). En junio del año pasado enviaron una comunicación a la ATM en la que se pedía colocar, de manera urgente, límites de velocidad en el tramo que va desde Las Monjas hasta Ilanes.

Un problema que se ha ido incrementando en los últimos años, de acuerdo con la reorganización vial que ha implementado la ATM. La calle Primera es uno de los puntos que la organización trató en ese comunicado. También se mencionó a la calle Tercera. En este caso, se solicitó la colocación de avisos sobre límites de velocidad entre Las Monjas y Guayacanes, en vista de que la ATM se negó a la colocación de obstáculos o reductores de velocidad.

Ambas calles, según los vecinos, son tomadas como vías de paso para ir de Urdesa hacia el norte de la urbe, en una zona en la que se ubican más de 10 centros educativos, desde jardines de infantes hasta planteles históricos como el Santo Domingo de Guzmán y una universidad, la Tecnológica Empresarial.

En el caso de la calle Primera, el tráfico vehicular se intensifica entre Guayacanes e Ilanes, por cuanto se suman los vehículos que provienen de Urdesa Norte y los que llegan desde la avenida Carlos Julio Arosemena y Bellavista e ingresan por Ficus.

“Uno recuerda cuando esta calle era tranquila. Uno veía a los muchachos y niños jugar en la calzada. Ahora es un peligro”, dice Rafael Córdova Vásquez, quien habita en el número 727 de la Primera desde hace 40 años.

En las horas pico, hay una mayor cantidad de carros cruzando estas avenidas, pero según los vecinos el riesgo aumenta cuando decrece el número de automotores. “Es cuando los conductores aceleran más y se toman la calle como autopista de carrera”, agrega doña Lourdes de Rocca.

Aunque no se han presentado choques graves, sí se han registrado incidentes. Uno reciente se suscitó a las 07:00 del 18 de este mes, cuando un carro fue impactado por otro en el cruce de las calles Las Monjas y Guayacanes. Hubo necesidad de que una grúa se lleve uno de los vehículos.

Acerca de esto, Martha Béjar, presidenta de Accur, asegura que no sabe la razón por la que no han sido atendidos, a pesar de la serie de comunicaciones enviadas a la ATM.

Paralelamente al incremento de la circulación de vehículos, se suma el arribo de carros que se estacionan en ambos costados de la calle, provocado por el éxodo desde la avenida Víctor Emilio Estrada, donde se implementaron parquímetros.

Una situación que alienta la posibilidad de robos, aseguran los vecinos.