El proximo fiscal

A veces siento como si nadáramos en un mar de porquería. ¡Qué asco! Ahora resulta que además de los $9,15 millones de consultorías ficticias en el atraco brasileño y el negociado de los “pases” en la policía, comienza la epidemia de “casitas” en Miami: 5928 Royal Way, Tamarac. (GCH). Pregunta para Lula: ¿con el sueldo de empleado público se puede tener casita en Miami? Lo bueno de los Panama Papers es que -pese a ganarle a Islandia por goleada- (3 a 1 de Rommy, Pedri y Gali, y sin pase de Messi) harán que la Unesco nos declare “patrimonio mundial de la honestidad”, porque el fiscal ya se absolvió a sí mismo: dijo que es inocente. Así que ¡caso cerrado! ¿Se imaginan? A la m... la opinión pública. Soy inocente y ya. ¡Ah... no! Cierto. La “Afavor-loría” (de “contra” nada) lo va a absolver. Así que ustedes limitaditos, que quieren saber cómo es que con su sueldito de empleado público “the magician” tiene una “offshore” en Panamá, propietaria de una “casita” con piscina cubierta y cancha iluminada y otra en Miami, mejor no jod... ¿No ven que se sacó el gordo de la lotería? Alégrense: puede ser que veamos otra “farrita saltarina” pagada por nosotros si decide irse al matrimonio de un sobrino. Por eso, lo importante ya no es “él” (que es inocente) sino “qué” va a hacer el próximo fiscal. ¿Y si no hace nada? La única forma de asegurarnos, es cambiando el sistema y devolviéndole al pueblo el ejercicio de la acción penal. ¿Se acuerdan que antes cualquier ciudadano podía presentar una acusación particular ante un juez con su firma de responsabilidad? En cambio ahora, si el fiscal no actúa, los corruptos están a salvo, pues el sistema los protege. Por eso no pasa nada con el escándalo de Petrobras, ni pasará con los 621 millones de contratos a dedo que acaban de saltar en los Panama Papers. Nadie debe tener un poder tan absoluto que le permita salvar a sus amigos y enjuiciar a sus enemigos. “Demos”, pueblo; “kratos”, poder. Simple: devolvámosle al pueblo su poder de enjuiciar a los pillos.

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