Hasta pronto, Rafael

Nunca el Ecuador, y me atrevo a creer que ningún país, ha tributado a un gobernante que ha cumplido su mandato constitucional, un acto de despedida tan sentido y multitudinario. Gente con los ojos brillantes por el llanto contenido, aun para los que seguimos los actos por TV, sin faltar mucha gente del pueblo, especialmente montuvios y personas de edad madura, enjugándose lágrimas mientras vitoreaban a quien ha sido un verdadero líder, combativo, carismático y académicamente preparado: Rafael Correa. Economista brillante y de creativa praxis para enfrentar y resolver problemas de todo orden, como ha tenido que hacerlo para sacar al país del bache histórico en que lo había sumido la deficiente administración de gobiernos anteriores, que muy poco hicieron por enfrentar los problemas de fondo y proveer soluciones creativas, adecuadas e inmediatas, sabias, como finalmente ha tenido que reconocerlo el país, informado semanalmente de la gestión gubernamental en las cadenas sabatinas. Estas le sirvieron también para desenmascarar a sus enemigos, que pertenecían a la vieja casta de depredadores cómodos del país, o voceros de sectores a los que les dañó el negocio que venían haciendo a costa de la ignorancia o ingenuidad del pueblo, a los que se les “acabó la fiesta”, como decía el Mashi Rafael, ridiculizándolos a veces, pero siempre sacando las cosas a la luz, para que la gente sepa lo que venía ocurriendo y la forma en que su gestión de gobierno enfrentaba y superaba esos obstáculos a su desarrollo. Todo esto pese a las dificultades económicas que tuvo que enfrentar en la etapa última de su mandato, como la baja desmesurada del precio internacional del petróleo y el terremoto, cuyas obras de reconstrucción se han hecho en tiempo récord. Será muy difícil para cualquier otro gobernante emular o ponerse a tono con la obra cumplida, con admirable cercanía y dación a los sectores populares, y un conocimiento a fondo de la realidad nacional. Por eso tu ciclo no ha terminado. El Ecuador profundo necesita aún tu liderazgo, Rafael Correa; los liderazgos no se inventan. Y quiere tomar tu ausencia como el “descanso del guerrero”. Espera verte regresar de la mano del voto popular, a la pelea que sabes pelear como nadie: la pelea por su futuro.