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En el Comité del Pueblo
En los alrededores de la casa barrial del Comité del Pueblo se nota el descuido, dicen sus dirigentes.Gustavo Guamán/ EXPRESO

El proceso de revocatoria a Pabel Muñoz es visto como un ‘jalón de orejas’

Dirigentes de siete sectores esperan que la recolección de firmas cause un “remezón” en la alcaldía

En algunos sectores del centro y norte de Quito, varios dirigentes barriales aseguran que ya han firmado a favor de la iniciativa de Néstor Marroquín. Él impulsa la recolección de 206.000 firmas, para ir a las urnas y decidir sobre la revocatoria del mandato al alcalde. Sin embargo, la mayoría de representantes dice que más allá de que ese proceso prospere, esperan que Pabel Muñoz haga correcciones, ya que no están conformes con su gestión.

“He escuchado que dicen que la ciudad pierde y que habrá inestabilidad, si gana la revocatoria. Sería peor si decidiéramos continuar con el mismo alcalde”, reflexiona Pablo Buitrón, del Frente de Defensa del Centro Histórico. La organización grupa a los habitantes de San Diego, San Juan, Panecillo, San Sebastián, San Marcos, La Recoleta, La Loma, viviendas alrededor de los centros comerciales del ahorro y Santa Bárbara.

¿Por qué? El dirigente señala que ellos creen que la Alcaldía no toma en cuenta sus puntos de vista, los convocan para “socializar algún proyecto, pero llegan con el contrato de la obra firmado”. El Frente reclama por el despoblamiento del Centro.  

“Van por la segunda fase de ‘recuperación urbana’, intervendrán en San Sebastián, Plaza Victoria, la calle Ambato hasta la Borrero y Loja, en donde hay casas abandonadas y tomadas por indigentes y delincuentes, que nos atemorizan. Gastan demasiado en ensanchar la vereda y poner árboles, que facilitan el ingreso de personas a las viviendas”, manifiesta Buitrón.

En contraste, Rebeca Cueva, del barrio La Isla (entre Miraflores y La Gasca), cree que la revocatoria es innecesaria, una pérdida de dinero, no pertinente. Ellos han tenido una buena experiencia en la recuperación de un espacio público.

La Mariscal, en la Plaza Foch, de Quito

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Le piden correcciones al alcalde de Quito

Gerardo Chasiluisa, dirigente de la zona 6 del Comité del Pueblo, señala que hay vecinos a favor y en contra del proceso. Considera que el alcalde Muñoz debe revisar por qué los quiteños reclaman, “otra cosa es estar en los territorios”. Ellos han pedido que les ayuden a cortar la hierba en los alrededores de la casa barrial y que acudan a revisar un derrumbe, que se ha producido entre las calles Manuel Carrillo y Eugenio Delgado, en donde existe una cancha. “Es verdad que debemos esperar por el presupuesto participativo, pero hay emergencias”, subraya.

En La Paz están recogiendo firmas para la revocatoria

Más crítico es Diego Proaño, coordinador general del barrio La Paz. Cuenta que en una sede, en la calle Whymper, han recogido unas 200 firmas. Pero saben que tienen unos cuatro meses más para sumar adhesiones.

La mayoría de moradores -indica- cree que “la ciudad está más deteriorada”. Por eso, “apoyamos este proceso; se profundizó la situación de abandono y de indiferencia frente a los problemas de Quito. Hemos conversado con varios concejales y funcionarios y la decepción es casi total, a excepción de cuatro, que muestran empatía”.

Es una burla que el alcalde diga que inaugura obras todos los días o que llegó al 50 % del presupuesto. Vecinos ya firmaron formularios de revocatoria en La Manzana.

Pablo Buitrón

Frente de Defensa del Centro Histórico

En La Paz -comenta Proaño- existe malestar porque no se ha cuidado el carácter residencial del sector. Creen que el Municipio no ha controlado el otorgamiento de licencias de funcionamiento para locales de diversión y consideran que no hay suficiente control de la Administración Zonal Eugenio Espejo.

“Hay invasión de parqueaderos, mal uso del espacio público y música en vivo, así como presentación de orquestas, que provocan contaminación por ruido”, indica el directivo. Y también que Quito requiere una rendición de cuentas sobre los vehículos y equipamiento entregado a la Policía Nacional, con el pago de la tasa de seguridad.

En la República del Salvador

Sobre los problemas de inseguridad en el distrito también se pronuncian Paola Burbano e Isabel Vinueza, del Comité de la República de El Salvador. Ellas identifican una falta de coordinación entre el Cabildo y el gobierno central. Recuerdan que durante la presidencia de Guillermo Lasso, tras una conversación con la Alcaldía, hasta llegó la viceministra de Inclusión Económica y Social, para trabajar sobre la mendicidad.

Vinueza dice que, así no se recojan suficientes firmas para votar por la revocatoria, quisiera que haya “un remezón en la Alcaldía”. Burbano cree que el alcalde debería tomarlo como un “jalón de orejas”.

En la República de El Salvador, según sus directivas, persisten los problemas por falta de control de la AMC, así como de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Ellas sostienen que hay demasiados motociclistas que circulan y que cometen robos y sicariatos.

La ciudad va de tumbo en tumbo y no solo desde esta Alcaldía. En el caso de La Paz hemos pedido el apoyo de la AMC, pero no hay control. Incluso han descuidado el metro”.

Diego Proaño

Dirigente de La Paz

“Como líderes no podemos decir si firmaremos o no por la revocatoria. Es delicado, trabajamos con cualquier autoridad”, enfatiza Burbano.

En La Comuna siguen con temor 

Gabriela Sigcha, dirigente de La Comuna de Santa Clara de San Millán, considera que esto debe ser un “jalón de orejas”, para el alcalde. Pero cree que Muñoz debe quedarse y terminar su período. En su caso, necesitan que aprovechen el período seco para construir la piscina de captación, cerca de El Teleférico, y más obras para enfrentar el riesgo de aluviones.

En El Batán hablan de un divorcio

Doraliza Naranjo, dirigente en El Batán, cree que la revocatoria no resolverá nada. “A raíz de la pandemia se sintió el abandono, no solo en La Mariscal y la av. 10 de Agosto. En El Batán, cada vez hay más casas desocupadas. Detectan “divorcio” entre Municipio y gobierno central y que tiene la oportunidad de corregir. En su zona, un foco de inseguridad es el estadio Olímpico Atahualpa.

Otros puntos de vista

Andrés Vallejo, exvicealcalde de Quito, identifica un proceso de deterioro, que viene de años atrás; así como “una ciudad desmoralizada”. No está a favor de “agudizar la inestabilidad”, pero sostiene que el alcalde debe revisar porque “algo está funcionando mal”.

Para la Federación de Barrios de Quito, dirigida por Wiliam Basantes, “la iniciativa responde a una pésima gestión del alcalde, que ha sido incapaz de resolver los principales problemas en dos años”.

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