
La Mariscal, abandonada, ya no es la zona de la diversión quiteña
La Plaza Foch evidencia crisis y deterioro; empresarios dicen que recibía unos 30.000 visitantes cada viernes
La Mariscal dejó de ser un imán para quienes buscan pasarla bien, bailar, comer o tomar algo. Hasta antes de la pandemia, la Plaza Foch era chispeante, un punto de encuentro para jovencitos y adultos jóvenes, que se tomaban fotos en la pileta o entre las letras de ‘¡Foch, yeah!’. Sí, había quejas por desorden, pero hoy es el retrato de lo que sucede en más espacios de Quito y el país: los caminantes apuran el paso, por temor, ante los signos de abandono.
Por ejemplo, en la esquina del corazón de ‘La Zona’, en las calles Foch y Reina Victoria, ya no hay un local acogedor con sillas y mesas afuera, para compartir un café, piqueos y bebidas. Hoy en una licorería resalta el económico Switch.
En la plaza sobrevive el Juan Valdez Café, pero frente a ese y otros locales, lo que se observa, en lugar de enganchar en una salida, deprime: el Hotel Nu House Boutique está cerrado y los establecimientos de la parte baja, cubiertos con tablones.
El letrero de ‘se vende’, en rojo, no es la única señal de que la vida y la fiesta se mudaron de La Mariscal. Hay avisos de muebles y equipos, con la palabra ‘barato’ en mayúsculas; barras, computadoras, cocina, mesas, sillas, lavadoras y más.
La opinión del propietario de un restaurante
George, propietario del restaurante Indian Tadka, dice que “en el 2016 todo estaba muy bueno, pero después de la pandemia está muerto. El negocio bajó en el 70 %, estamos sufriendo. No hay turistas, la gente no tiene plata”. Llegó a Ecuador hace 10 años. Tiene 34.
Él asegura que “hay muchas drogas” en la avenida Amazonas y otras calles cercanas. “Cuando los clientes miran eso, ya no vuelven. Yo estoy pagando un arriendo mensual de casi 1.200 dólares. Pero el Municipio (Administración Zonal) me dijo que para usar este lugar de afuera debo pagar $2.400 más”. Se refiere a la ocupación del espacio exterior. “Abro desde las 11:00, cerramos a las 21:00. Antes abríamos hasta las 24:00. Desde los miércoles la zona estaba activada”, indica.
Una estudiante del Colegio Manuela Cañizares, Génesis, de 14 años, comenta que lo mejor es atravesar La Mariscal en grupo. Le han contado que antes era la zona rosa de Quito.
La queja de la Cámara de Comercio de Quito
Mónica Heller, presidenta de la Cámara de Comercio de Quito, manifiesta que, “por incompetencia o mala fe, desde hace dos años no se extienden permisos de funcionamiento en esta zona”. La Mariscal, enfatiza, es un barrio icónico. Y describe que en su mejor momento contaba con 10.000 camas, entre hoteles y hostales; el centro artesanal más importante; había bares, restaurantes, discotecas y un ambiente sofisticado.
Desde la @lacamaradequito hemos agotado todas las gestiones posibles con la Administración Zonal La Mariscal para reactivar una zona que fue el corazón de la ciudad y a la que le tengo un profundo afecto. No hemos recibido soluciones efectivas.
— Mónica Heller (@mheller_ec) May 22, 2025
Después de casi dos años, aún hay…
Heller anota que Quito es la ciudad con mayor desempleo y que la actividad nocturna es un generador de trabajos e impuestos, trae vida y entusiasmo. Considera que una vez que se extiendan los permisos, los locales abrirán, habrá actividad y seguridad, etc.
Fernando Merino es dueño de locales en la Plaza Foch, en donde estuvo Sweet & Coffee hasta hace un año y medio. “En más de la mitad de la plaza hay lugares abandonados por más de tres años y no se ha hecho nada. Eso no ayuda al resto. Tenemos Metro Parqueos y Camino del Sol. Los turistas no quieren irse a la Whymper, Real Audiencia o a Cumbayá, que hoy es la nueva ‘zona’. No tienen el carisma. La ciudad necesita un sitio de diversión que funcione las 24 horas. Los únicos lugares abiertos son los de mala muerte”.
Pabel Muñoz
Una opinión contraria
Diferente es la visión de Selma Merino, cuyo negocio de alojamiento ha mutado por las revueltas, COVID-19 y más. “El centro es el mayor tesoro de la ciudad, pero La Mariscal es el corazón de Quito. Se ha ganado mala fama por consumidores y vendedores de droga, indigentes y por universitarios que se alcoholizan en sus calles”.
No cree que deba volver a ser el centro de la diversión de la urbe, porque no hay planificación para eso. Apoya la apertura de un centro de innovación en las Torres de Almagro (la Alcaldía ofreció invertir 2 millones de dólares y la empresa privada, otros 2 millones), y las ferias y más actos culturales promovidos por el Municipio.
¿Qué opina Augusto Barrera?
El exalcalde Augusto Barrera opina que La Mariscal debe dar un giro, con una intervención profunda, por la situación de deterioro en la que está. “Rebasa los límites. No solo hay casas y locales abandonados sino ocupados, con propietarios que sienten miedo”, lamenta.
Por ello, tiene la impresión de que “no se trata únicamente de extender unos permisos, una actividad por aquí o una feria por acá. Pienso en un plan especial, mucho más agresivo, en recuperar la residencialización. La respuesta no es solo policial. Donde hay personas, la ciudad existe”.
Asimismo, Barrera precisa que habría que reconsiderar el carácter patrimonial de propiedades destruidas en La Mariscal. Afirma que la gente acude a donde se siente segura. “No es que va a un lugar de restaurantes y bares porque se le llama zona rosa. Claramente, esas actividades se han relocalizado”.
En la Juan León Mera se oye, desde antes de las 12:00, el ‘bum, bum, bum’ de los bares.
Sobre las LUAE, según la Administración La Mariscal
De enero a mayo de 2024 se otorgaron 572 LUAE (Licencia Única para Actividades Económicas). En el mismo período de este año, 1.042. En todo el 2024 fueron 3.872. En 2023, 3.229.