Visita. Desde las 09:00 se abrió la boletería. Los primeros usuarios mostraban su entusiasmo.

Los primeros en disfrutar de la noria

El escenario del primer día de atención al público fue mucho más tranquilo, quizás porque era un día laborable. Hasta el mediodía de ayer, al menos 300 personas se habían dado una vuelta en La Perla de 57 metros, según Guillermo Suaya, director de la o

El panorama eufórico de la noche de la inauguración en la noria de Guayaquil se relajó la mañana de ayer. Ya no había filas interminables para el arribo a las cabinas, como sí pasó el martes, cuando el alcalde dispuso que la vuelta en el atractivo no tenga costo por unas horas.

El escenario del primer día de atención al público fue mucho más tranquilo, quizás porque era un día laborable. Hasta el mediodía de ayer, al menos 300 personas se habían dado una vuelta en La Perla de 57 metros, según Guillermo Suaya, director de la obra.

En un segundo recorrido, EXPRESO constató que la climatización de las cabinas es idónea, incluso en días como el de ayer, en que Guayaquil hizo sentir su condición de ciudad costera, con un sol implacable que avivaba desde el cielo las casas de colores del cerro Santa Ana, el escenario más vistoso dentro de la única noria de América del Sur.

Con filas cortas, casi imperceptibles, los primeros en llegar de todos lados de Guayaquil fueron recibidos por el personal de atención al cliente: “Bienvenidos a La Perla”, decían sonrientes apenas veían entrar a uno al recinto.

Allí estaba Esther. No le gustan las alturas, pero cuando su esposo, Ángel Neira, vio en la prensa la novedad, no dudó en decirle que irían a ver qué se siente. Con 52 años de casados, ¿cómo decirle que no?

Estuvo nerviosa todo el viaje, pero de cuando en cuando hacía observaciones de la experiencia: “Se ve bonito”.

Ángel, en cambio, estaba encantado. Recordó que esa zona del malecón, a la altura de la calle Loja, era conocida como “la balsa amarilla”, allá por los tiempos en que arribaban barcazas con racimos de verde. “Le pusieron así porque estos maduraban y se veía una mancha amarilla en la zona”.

La noria atiende de lunes a domingo desde las 10:00. Hasta las 22:00 de domingo a jueves, y medianoche los viernes y sábados. Hay una boletería exprés, a la que se entra sin hacer fila por el doble del pasaje, que cuesta $ 3,50 en días ordinarios y $ 5 los fines de semana.

Mañana y el fin de semana se espera mayor movimiento en el lugar, que se proyecta como un nuevo ícono turístico.