Encapotado y lúgubre se torna el cielo de Quito. El termómetro desciende paulatinamente y anuncia la llegada de un incesante frío acompañado de una intensa lluvia que cesa a las dos horas. A la par, cuatro vehículos militares arriban hasta el exterior del edificio de los medios públicos, en la calle San Salvador y avenida Eloy Alfaro, al norte de la capital. El debate presidencial entre los ocho aspirantes al sillón de Carondelet es el evento central de esta jornada. Aunque en esta ocasión, uno de los podios estará vacío tras el asesinato de Fernando Villavicencio.

Es domingo. 15:00. La avenida De La República, un tramo de la Eloy Alfaro y dos calles paralelas que también flanquean al sitio del debate son cercadas con vallas metálicas, uniformados policiales y militares. El acceso es restringido. Credencial, acreditación y cédula se requieren para cruzar al otro lado.

La lluvia se apaga y el frío se intensifica, pero el calor popular que se apuesta en el costado sur del parque La Carolina le da un toque de alegría al ambiente.

Desde ahí, decenas de simpatizantes de la candidata Luisa González realizan cánticos, anuncian el retorno del líder de la Revolución Ciudadana, exhiben carteles con la foto del un borrego con gafas, como una de las mayores insignias; y al son de una banda conformada por seis músicos, entre trompetistas, flautistas y percusionistas bailan para calentar el cuerpo.

Son los únicos, por ahora qué se dieron cita al lugar. Algunos llegaron pese al temor de un posible ataque. Su fidelidad por la candidata fue más fuerte, aseguran unos como Raúl Ramírez, quien llegó con sus dos mascotas que por el agua que absorbieron sus pelajes, tiritaban continuamente.

“Correa de la jugó por nosotros y cambió el país. Sé que Luisa no es él, pero confiamos en ella, en recuperar las oportunidades que ya tuvimos en todo sentido”, dijo el partidario.

Como una hilera de hormiguitas, más seguidores arribaban desde el ala sur de la avenida De La República y los vehículos particulares circulaban más asiduos por la zona. Algunos pitaban en señal de apoyo y otros para que el paso se abra para circular con mayor agilidad.

Los detractores también se hicieron presentes, pero desde la otra vereda para evitar actos de violencia, dijo Claudia, quien se plantó frente a un grupo y con sus pulgares hacia abajo mostró su descontento.

“No queremos más de esto. Ya hicieron suficiente daño, por eso estamos como estamos. Basta de Correa”, soltó la mujer, quien dijo guardar esperanza de un posible cambio en la seguridad, al menos.

Casi a las 17:25 una caravana de ciudadanos a pie, vestidos de blanco y con banderas del mismo color arribaban por la acera del parque La Carolina. “Jan, amigo, el pueblo está contigo”, entonaban al unísono los simpatizantes de Topic, quienes anunciaban la llegada de su líder hasta las instalaciones del canal de televisión público.

Para evitar una confrontación, un cerco de 10 policías a bordo de caballos fungieron como cerco humano. Pese a ello las barras se confrontaban, pero de consignas sus expresiones no transgredieron. La jornada auguraba tranquilidad.

Finalmente, a las 17:40 llegaron casi a la par los primeros cinco candidatos. Luisa González, Xavier Hervas, Bolívar Armijos, Jan Topic y al último, Daniel Noboa accedieron por el único paso habilitado. A bordo de carros de alta gama, blindados y con vidrios polarizados arribaron. Algunos con seguridad privada y otros solo con policial.

Ninguno se detuvo a saludar a sus simpatizantes. “El miedo a que algo les pase es más. No queremos lamentar una muerte más”, justificó esta ausencia, un hombre que flameaba una bandera y veía desfilar a los automóviles desde el otro lado de la vereda.

La situación estaba controlada, indicaba el general Víctor Herrera, Comandante del Distrito Metropolitano de Quito, cuando daba una entrevista a un medio de comunicación local. Excepto por la alerta que recibieron horas atrás. Una maleta había sido abandonada en el interior del parque de esta zona financiera del norte de Quito. Era sospechosa, dijeron las autoridades. Y es que todo objeto abandonado siempre ha sido catalogado así, más aún en estos días donde el temor de ataque por bandas narco delictivas está en vilo.

Con los equipos tácticos especiales de la Policía Nacional se detonó controladamente el objeto. Nunca se supo qué contenía. Y sobre quién la abandonó todavía es un enigma. Un cabo más que estará en investigación para ser atado.

Ya casi son las 19:00. Faltan 30 minutos para dar paso al esperado debate con el que se pretende aclarar a los que tienen su opción de voto en tinieblas o para endurar la postura de los decididos. Los tres candidatos restantes ingresan sin tanta pompa y alboroto. Casi inadvertidos se presentaron.

Para los que descansan de pie en el exterior se arma un escenario con el que sosieguen su ansia por ver a su candidato, al menos a través de una pantalla gigante. Casi todo está a punto, excepto la conexión de luz que al parecer será obtenida desde la clandestinidad.

“Ecuador debate 2023”, acompañado de un fondo musical que a su término deja ver a los siete candidatos apostados frente a sus atriles dan cuenta que este programa arranca.

Erika se acomoda, se abraza para aplacar la helada corriente que circula y con un cartel en mano presta atención al anuncio de los presentadores. Cuando aparece su candidato se une al aplauso de todos, a los gritos y frases de apoyo, como si del otro lado pudiesen oírlos.

Tres horas dura el programa. Son cinco los ejes a discutir. Varias son las inquietudes. Las réplicas con cargas de desconocimiento sobre los temas priman y las alternativas para solventar lo más urgente del país aparece endeble.

Lo que se dijo, lo que se ofreció y lo que no se aclaró se apaga con las luces del set de televisión. La decisión de lo que se quiere para el Ecuador, en al menos un año y medio más, se reflejará el domingo 20 de agosto, con el conteo de los votos… pensados, analizados, discutidos o quizás solamente ejercidos por un mero formulismo.