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Presos en el exterior por narcotrafico

El narcotráfico es una telaraña que penetra todas las sociedades. Es plaga y flagelo. Desarrolla formas sofisticadas de traslado de droga. Hay varias modalidades que usan para incorporar hombres y mujeres. Uno muy utilizado es captar transportadores al exterior. Lo hace aprovechando a ecuatorianos necesitados, desempleados y en dificultades económicas.

Hay casos reconocidos por las autoridades. Utiliza residentes en Europa y Estados Unidos como “mulas” a quienes les ofrecen grandes cantidades de dinero para que introduzcan diferentes tipos de estupefacientes. Hay otro que consiste en incorporar pescadores con experiencia marítima para trasladar las drogas en las lanchas rápidas. Por esto han sido capturados centenares de ecuatorianos que hoy están presos en las cárceles del exterior.

No hay cifra precisa de cuántos ecuatorianos están encarcelados en Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, Salvador y Costa Rica. Según estimaciones, son cerca de 500 los pescadores. La información oficial señala que hay más de 300 reclusos por estos delitos en las cárceles de los EE.UU.

A medida que el narcotráfico ha profundizado su penetración en el país, especialmente en las costas se ha ido incrementado el número de ecuatorianos detenidos por trasladar drogas hacia ese país. Según un estudio de la Federación de Organizaciones Pesqueras y Análogos del Ecuador (Fopae), el 5 % de las personas que se dedican a las labores de pesca en la provincia de Manabí han sido “enganchados” por los narcotraficantes. Incluso se habla que en esta transportación ilícita se han involucrado dos centenares de barcos pesqueros de bandera ecuatoriana.

Más allá de sus necesidades y urgencias económicas está lo fácil que les puede resultar a los pescadores tener miles de dólares por la transportación, sin medir el grave riesgo. Hoy centenares de madres, esposas e hijos de los presos piden ayuda y cooperación del gobierno para que atienda sus pedidos de repatriación.

Este problema debe atenderse con urgencia. Es necesario que las autoridades competentes instruyan a los pescadores ecuatorianos sobre el grave riesgo que corren por querer obtener grandes sumas de dinero fácil pero de procedencia ilícita. Capacitarlos y redoblar la vigilancia de ellos debe constituir una tarea que se tenga siempre presente.