Predicar con el ejemplo carajo

El 28 de octubre pasado, en Latacunga, Ricardo Patiño, arengaba a sus copartidarios correístas a la “resistencia combativa...”; “tenemos que tomarnos las instituciones públicas, tenemos que cerrar caminos”, manifestaba.

Resulta paradójico que el personaje más “reciclado” por lo cercano al expresidente Correa, cuyo gobierno se caracterizó por la intolerancia, el odio, el divisionismo, la denostación, la represión contra la oposición y sus manifestaciones callejeras de rechazo, sea el que arengue a los pocos “compinches” que les quedan a cometer actos que, en su gobierno, calificaron como de terrorismo y sabotaje, bajo el cual acusaron, capturaron y juzgaron a 189 indígenas saraguros y del pueblo Shuar, según lo manifestaba el Centro de Derechos Económicos y Sociales (Cedes) el 19 de julio de 2011. Bajo tales circunstancias, la arenga realizada por Patiño bien podría ser considerada como una evidente apología del delito.

Pero el colmo del descaro, por venir de quien se perteneció a un gobierno calificado como el más corrupto de la historia nacional, fue cuando solicitó a los concurrentes acudir hasta la sede de la Asociación de Bancos Privados con carteles que digan “devuelvan la plata carajo”.

Al respecto, cabe manifestar que la idea no es mala, siempre y cuando los ecuatorianos lo ejerzamos fuera de hogares, oficinas y cuanto lugar ocupen quienes esquilmaron al país en el gobierno de “la década ganada”, que resulto ser la década atracada.

La arenga de Patiño en Latacunga bien podría ser interpretada como el rugir agónico de la fiera correísta, herida de muerte, por haber sido descubierta en sus pillerías; porque la mano de la justicia, lenta y torpe, la está alcanzando, todo lo cual la lleva a quemar sus últimos cartuchos, acudiendo a la amnesia histórica, echando mano de su odio histérico, haciendo apología del delito.

Mejor no interrumpan las vías, porque con su ejemplo aprendimos que deben ser juzgados y penados como terroristas saboteadores; y en cuanto a devolver la plata, prediquen primero con el ejemplo carajo, devuelvan lo robado en “su década ganada”.