Posmodernismo y democracia liberal
Uno de los divorcios más grandes y al parecer eternos, en sociedades como la nuestra, es entre pensamiento y realidad o teoría y praxis. Nos jactamos de ser los más pragmáticos del mundo pero somos los más ineficientes. Nadie se ha puesto a pensar que una reforma en las visiones culturales de las personas en sociedades en transición como la nuestra, son más indispensables que las medidas “prácticas” que se suelen tomar y que no resuelven nada. ¿Cómo ordenar por ejemplo el tráfico para no perder tanto tiempo y energía si cada uno de los conductores está convencido de que él está por encima de todos y que puede hacer lo que le da la gana sin importarle el prójimo?
Una de las grandes sorpresas que vivió el país en la década pasada fue el advenimiento de las diversas escuelas de pensamiento posmoderno en la apreciación y crítica de los valores tradicionales, hasta ahora imperantes, que luego se tradujo en formas y rituales de comportamiento y por supuesto en la legislación. Surgieron nuevos actores, portavoces de diferentes movimientos culturales y de reivindicación social, que cuestionaron duramente las prácticas consideradas permanentes.
“El posmodernismo representa una amenaza no solo para la democracia liberal, sino para la modernidad misma”, señalaba, en un polémico artículo aparecido en la revista Letras libres, de México, Helen Pluckrose. Los posmodernismos están en contra de la visión de un individuo unificado y que toma decisiones con relativa libertad. No hay una realidad independiente de las percepciones humanas, lo que implica la relativización de todos los conocimientos. No existe más un canon ni conciencia de la diversidad de las épocas históricas, por lo que Shakespeare puede ser acusado de racista o machista, como si estuviera delante de nosotros.
Las alternativas frente a esta visión que pretende hacerse expresión de un pensamiento mayoritario no están claras. “Es mucho más sencillo decir lo que uno siente que examinar rigurosamente la evidencia”. Hay que volver a la teoría si queremos entender el caos en que andamos.
’Los posmodernismos están en contra de la visión de un individuo unificado y que toma decisiones con relativa libertad’.