
Consulta popular: ¿el correísmo intenta aprovecharse de la victoria del No?
RC ondea Montecristi y baila por el ´´''No'', pero expertos aclaran: no fue victoria suya, fue voto ciudadano
El contundente triunfo del “No” en las cuatro preguntas de la consulta popular convocada por el presidente Daniel Noboa ha sido interpretado por la Revolución Ciudadana como una victoria histórica propia. En su sede y en la Asamblea Nacional se vivieron escenas de júbilo, con bailes, cánticos y legisladores portando ejemplares de la Constitución de Montecristi. Sin embargo, analistas políticos consultados por este medio coinciden en que el correísmo se equivoca al adjudicarse el resultado y pasa por alto el verdadero mensaje de los ecuatorianos: rechazo a la improvisación gubernamental y demanda de alternativas claras más allá de la polarización tradicional.
El mismo domingo, apenas se conocieron los resultados de la consulta popular, la presidenta de Revolución Ciudadana, Luisa González, encabezó un efusivo baile de celebración en la sede del movimiento, mientras sus simpatizantes cantaban consignas contra el Gobierno. Dos días después, este martes 18 de noviembre, la fiesta en el correísmo continuó en la Asamblea Nacional: asambleístas ingresaron al hall previo al pleno ondeando ejemplares de la Constitución de Montecristi, gritando “¡Ganamos!” y tomándose fotos, en una demostración pública de que interpretan el rechazo masivo a las cuatro preguntas como un triunfo propio.
Con menos de 3.000 actas por escrutar, el Gobierno del presidente Daniel Noboa perdió su referéndum y consulta popular.
— Diario Expreso (@Expresoec) November 17, 2025
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El correísmo no está leyendo bien los resultados de la consulta
El analista Mauricio Alarcón señala que ni el Gobierno ni la Revolución Ciudadana están leyendo correctamente lo ocurrido y que dentro del propio correísmo existe malestar por la euforia desmedida. “Y creo que no podemos hablar de forma homogénea sobre la Revolución Ciudadana porque, a la interna, después del bailecito del domingo y después de ciertas declaraciones, hubo malestar. Hay una facción de la Revolución Ciudadana que entiende perfectamente bien qué pasó el domingo. Lamentablemente no son todos ni son quienes están, en este momento, liderando el movimiento”, afirmó, destacando que incluso el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, ha hablado de “movimiento ciudadano”.
Alarcón insistió en que “los partidos deben actuar con sensatez, pero sobre todo con madurez al momento de analizar resultados electorales, porque si no lo hacen están condenados a repetir los mismos errores”. Para él, el “No” responde a una autoorganización ciudadana y no a un liderazgo político, ni mucho menos a un respaldo a la Constitución de Montecristi o al correísmo.
La sociedad civil está detrás de la victoria del No en la consulta
Por su parte, el analista político Giuseppe Cabrera desmonta la narrativa correísta al recordar que RC ni siquiera realizó una campaña organizada por el “No”. “La victoria del ‘No’ no les es atribuible porque ni siquiera hicieron una campaña organizada por el ‘No’. Le pertenece a la sociedad civil organizada, le pertenece a los ecuatorianos”, sentenció. Cabrera atribuye el resultado a la pérdida de confianza en Noboa por la confusión generada desde el propio Gobierno —discursos contradictorios y falta de claridad sobre el futuro constitucional— y advierte que la Revolución Ciudadana busca apropiarse del triunfo solo para posicionarse como única oposición y bloquear el surgimiento de alternativas de izquierda fuera de su control. “Tienen que verse con ese discurso para fortalecerse como movimiento, sobre todo porque no han planteado una alternativa de país”, concluyó.
Los expertos coinciden en un punto clave: el rechazo masivo del domingo no fue un voto de apoyo al correísmo ni a la Constitución de Montecristi, sino la respuesta de una ciudadanía que se organizó por su cuenta ante propuestas mal explicadas y la ausencia de certidumbre. Hasta ahora, la Revolución Ciudadana prefiere celebrar un triunfo que no le pertenece y el Gobierno opta por cambios ''cosméticos'' en su gabinete. Mientras ambos sectores insistan en lecturas partidistas, seguirán sin entender que los ecuatorianos votaron por mantener lo conocido solo porque no les ofrecieron nada mejor. El mensaje está dado: sin propuestas claras y sin respeto a la capacidad autónoma del electorado, cualquier intento de cambio volverá a fracasar.