La protesta, que exige transparencia en los resultados electorales, sigue. Ya no hay vigilia en afueras del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el norte de Quito, pero los manifestantes anuncian que no dejarán las calles del país.

Tras el desalojo a los ciudadanos que permanecían en carpas, desde el 2 de abril, un centenar de personas se acomodó en el coliseo del excolegio Anderson, en el norte de la capital. Ahí se ubica la sede de Andrés Páez, candidato vicepresidencial de la alianza CREO-SUMA.

Otros se apostaron con sus banderas en la avenida de Los Shyris y muchos volvieron, en el transcurso de la mañana, a los exteriores del CNE.

Desde las 10:00, los quiteños se tomaron, otra vez, las veredas cercanas al Consejo. Eso a pesar que Ramiro Mantilla, director de Operaciones de la Policía, había advertido que habría detenciones.

Yomara Andrade contó que durante el desalojo les dijeron que la orden era del Ministerio del Interior. Terán, en cambio, insistió en que los moradores del sector pidieron su retiro.

La circulación vehicular se normalizó después de casi 15 días de cierre de vías.

La protesta siguió en la noche en los exteriores del CNE entre forcejeos de los manifestantes con la policía. Los protestantes intentaron tomar nuevamente el control de los exteriores del organismo, pero fueron impedidos.

Cientos de policías, antimotines y otros con canes amaestrados controlaron la situación. Hasta las 19:30 hubo una persona retenida, pero luego fue liberada. Para hoy se anuncian nuevas acciones.

MCV