Planeta y sociedad enfermos

Los gases del efecto invernadero vinculados a los combustibles fósiles, producto de la actividad humana, están sobrecalentando el planeta, ocasionando un drástico cambio climático que amenaza la producción y cosecha de los productos agrícolas, poniendo en peligro la seguridad alimenticia y amenazando seriamente la biodiversidad, según las conclusiones del grupo de científicos auspiciados por la ONU en el Intergubernamental Panel on Climate Change-IPCC (mayo y septiembre de 2019).

El nivel de las aguas de los océanos se verá incrementado en más de un metro para el año 2100, por el deshielo de los glaciares causado por el aumento de las temperaturas, lo que ha originado la pérdida de las capas de hielo en la Antártica, lo cual se triplicó, y en Groenlandia, donde se duplicó en la última década. Esto afectará la calidad y cantidad del agua dulce, reduciendo significativamente generación de energía hidroeléctrica y teniendo consecuencias negativas en la agricultura, ocasionando lluvias torrenciales que provocan inundaciones y deslaves, así como sequías prolongadas, quemando la tierra, las cosechas y provocando grandes incendios forestales. El planeta está enfermo.

Las sociedades del planeta también están enfermas. Así como la cercanía de la luna afecta a las mareas, a la naturaleza y al cuerpo humano, el efecto invernadero afecta la interconexión de las neuronas, ocasionando una elevada producción de adrenalina, al punto de alterar la psiquis y el comportamiento humanos, provocando actuaciones obsesivas compulsivas, irritabilidad, depresión, ansiedad, neurosis, que aumentan la conflictividad, confrontación y violencia en las sociedades.

Este efecto, sumado al estado de adoctrinamiento y concientización anarquista ocasionados por sectores sectarios, han hecho que grupos humanos sobredimensionen sus reclamos sociales incorporando actos vandálicos, delictivos e insurgentes, de sedición y terrorismo. El planeta y las sociedades están enfermos, por el efecto invernadero y por el período de descomposición social sin principios ni valores de las últimas décadas.